No es culpa de nadie, es responsabilidad de todos. Reyes Aguilar Medina

No es culpa de nadie, es responsabilidad de todos. Reyes Aguilar Medina

 
Desde la trinchera donde nos toque estar, ya sea como líderes o como colaboradores, debemos actuar con total responsabilidad, compromiso y excelente actitud si queremos asegurar nuestro crecimiento personal, profesional y, por supuesto, el éxito de nuestros proyectos y, en consecuencia, el crecimiento de nuestra empresa, que a todos nos conviene.

Mucho se habla de la responsabilidad de los líderes en el ámbito empresarial, y por supuesto que es importante, pero el éxito de los proyectos y de las empresas mismas, no tan sólo depende únicamente del liderazgo, también requiere un equipo capaz de ejecutar con compromiso, competencia técnica, carácter y sentido de urgencia. Es una responsabilidad compartida. Hoy quiero compartirte tres puntos a considerar para aumentar las probabilidades de éxito de tus proyectos, insisto, independientemente de la trinchera donde te toque estar.

1. El éxito es responsabilidad compartida: liderazgo con visión + ejecución con excelencia

Líder y equipo técnico forman parte del mismo barco, y sólo si todos reman en la misma y correcta dirección, es que se podrá avanzar y se tendrán más altas probabilidades de llegar a destino y buen puerto.

Imaginemos un equipo con un gran líder: visionario, congruente, enfocado, administrado y humano; pero el equipo técnico no tiene las competencias necesarias ni la actitud correcta para ejecutar, el proyecto fracasará. Ahora cambiemos el escenario: tenemos un equipo técnico competente que da resultados confiables, pero con un líder que no sabe guiar, administrar, priorizar ni inspirar. El resultado será el mismo: fracaso total. Ninguno de estos dos escenarios es viable. El único camino hacia el éxito es tener líderes con visión y equipos que sean capaces de ejecutar con eficiencia y eficacia.

Cada quien debe asumir el rol que le corresponde. Si eres colaborador, haz tu trabajo con calidad y entrega. Si eres líder, guía con propósito y claridad. Solo cuando ambos cumplen su rol con excelencia, se logran proyectos exitosos y se construyen empresas que trascienden.

2. Haz tu parte sin excusas ni pretextos

Los mejores proyectos se logran cuando cada miembro del equipo hace su parte sin necesidad de recordatorios, sin depender del control constante y sin caer en el juego de culpar a otros.

La responsabilidad individual es la base del éxito colectivo.

Cuando hacemos la parte del trabajo que nos corresponde, y aún más damos el extra, no siempre el beneficio será económico. A veces, la verdadera ganancia está en el aprendizaje, la madurez y el crecimiento profesional que estemos dispuestos a sembrar y desarrollar durante el proceso. Sólo quienes siembren con responsabilidad hoy, aún si no son reconocidos en el momento, serán los líderes del mañana o emprenderán sus propios caminos con éxito.

La siembra de hoy puede ser la cosecha de mañana. Y si la empresa actual no reconoce tu valor, lo aprendido se quedará contigo y te abrirá nuevas puertas en tu futuro inmediato.

3. El liderazgo no sustituye la responsabilidad personal

El crecimiento verdadero empieza cuando dejas de depender de que alguien te diga el qué y el cómo hacer las cosas. La Biblia lo ilustra claramente … lee detenidamente y permite que tu mente y espíritu entiendan …

Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual, no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Proverbios 6:6-8

La hormiga no espera que le digan qué hacer. No tiene líder, pero hace lo que debe hacer. Esa es la clave. No necesitamos un jefe para empezar a actuar.

¿Tienes que esperar a que te digan qué hacer?
¿Tienes que esperar a que te digan cómo hacerlo?
¿Necesitas que revisen la calidad de tu trabajo constantemente para que quede bien?
¿Necesitas que te estén supervisando constantemente para hacer tu trabajo?

Si la respuesta es sí a alguna de las preguntas anteriores, no estás listo para avanzar. Pero si decides actuar como la hormiga —con diligencia, visión y responsabilidad—, nada ni nadie podrá detener tu crecimiento.

Necesitamos ser responsables con nosotros mismos. El éxito personal, profesional y espiritual viene cuando somos diligentes y proactivos, no cuando simplemente obedecemos órdenes.

"No es necesario que tengamos un líder para saber lo que necesitamos hacer. Es nuestra responsabilidad personal definir y ejecutar las acciones que nos lleven a nuestra sobrevivencia y éxito. Finalmente todos somos líderes de nosotros mismos.”

La hormiga no tiene líder, pero trabaja con diligencia y constancia. No espera instrucciones, no depende de la supervisión. Solo quienes entiendan y vivan este principio divino despegarán en sus vidas de forma inimaginable, y lo mejor estará por venir.

Para avanzar no se necesita a alguien detrás de ti. Se necesita responsabilidad, compromiso y acción propia. El verdadero crecimiento solo llega cuando somos responsables de nuestras decisiones y de nuestras acciones para llegar al destino que nos querramos construir.

Reyes Aguilar Medina

Hijo, hermano, esposo, padre, ciudadano e hijo de Dios, comprometido con su crecimiento personal y espiritual. Es socio fundador de Grupo Blue Ocean, grupo empresarial enfocado en la innovación tecnológica dentro del sector de Tecnologías de la Información.


Autor del libro "Construyendo mi Felicidad” (Amazon, julio 2024), una obra que reflexiona sobre el sentido de vida, propósito y plenitud desde una perspectiva de responsabilidad personal e integral del ser humano. Apasionado del running desde 2015. Disfruta de tocar guitarra, piano y cantar.



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