En la carrera por el dominio de la IA, los líderes comerciales enfrentan un gran desafío: actualizarse en habilidades digitales mientras logran resultados concretos y equilibran su vida personal y profesional.

Nuevas apps, más prompts, mejores imágenes... Parece que todos queremos destacar en el posicionamiento de marca, demostrando así nuestra adaptabilidad en un entorno digital cada vez más competitivo. Pero en este ritmo acelerado de la tecnología, corremos el riesgo de olvidar lo esencial: que somos personas liderando a personas.

Si bien es cierto que como líderes es crucial mantenerse al día en tecnología, no debemos olvidar que nuestro verdadero rol trasciende lo técnico. Se trata de fortalecer las habilidades que seguirán impulsando nuestro crecimiento y el de las personas a las que servimos. No se trata solo de aprender IA para mejorar procesos o generar contenido más rápido; se trata de utilizar estas herramientas como un medio, no como un fin.

En este contexto, la Inteligencia Emocional es una competencia fundamental. Según Daniel Goleman, se compone de cinco dimensiones clave: Autoconocimiento, Autorregulación, Motivación, Empatía y Habilidades Sociales. De estas cinco, considero que tres son pilares esenciales del autoliderazgo:

Autoconocimiento: La capacidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones, así como identificar nuestras fortalezas y áreas de oportunidad. Este nivel de autoconciencia permite tomar decisiones más acertadas y coherentes con nuestra visión de liderazgo. También implica identificar cuándo nuestra dependencia de la tecnología está restando valor a nuestra autenticidad y sentido humano.

Autorregulación: La habilidad de manejar adecuadamente nuestras emociones, incluso bajo presión. Mantener la calma y la claridad en momentos críticos es lo que distingue a un verdadero líder. En un entorno donde la inmediatez es la norma, la capacidad de autorregularse se vuelve esencial. Cuando los resultados no llegan al ritmo que esperamos o cuando la IA nos desafía con nuevas exigencias, la autorregulación se convierte en nuestro mejor aliado para mantener el rumbo y la perspectiva adecuada.

Motivación: Si no tenemos la capacidad de motivarnos y levantarnos a nosotros mismos, difícilmente podremos hacerlo con nuestro equipo o con la organización a nuestro cargo. La motivación genuina se traduce en un liderazgo inspirador y consistente. Pero esta motivación no puede depender únicamente de los logros digitales o de la aprobación externa; debe nacer de un sentido de propósito claro y de la certeza de que estamos avanzando hacia nuestras metas con coherencia.

Los líderes comerciales de hoy necesitan integrar la tecnología de manera estratégica, entendiendo que la IA debe ser nuestra aliada en la aceleración de procesos, análisis de datos y mejora de la productividad. Su verdadero valor radica en facilitarnos el trabajo técnico para que podamos enfocarnos en lo que realmente importa: conectar genuinamente con las personas, acompañarlas en sus procesos y liderar desde la empatía y la coherencia.

Porque aunque la tecnología puede ayudarnos a escalar más rápido, ninguna IA puede reemplazar nuestra capacidad de inspirar, escuchar y guiar. El verdadero reto no es dominar la IA, sino aprovecharla sin perder nuestra autenticidad. Cultivar nuestro ser interior, mantener claridad en nuestra visión y fortalecer nuestras competencias emocionales son tareas que ninguna tecnología puede sustituir.

Al final del día, nuestra capacidad para conectar genuinamente con otros, inspirar y guiar, seguirá siendo el activo más valioso que tenemos como líderes. Y esa es una inversión que nunca pierde su relevancia, sin importar cuán avanzada se vuelva la tecnología.

Maricela Parra impulsa el crecimiento de empresas y profesionales a través del desarrollo y fidelización del Talento Comercial con estrategias basadas en Neurociencia. Es Psicóloga, con un MBA en Dirección de Talento y Neurocoach Profesional. Ha liderado equipos comerciales en Belcorp, Avon Cosmetics México, Grupo Orve, Century 21 y American Express México. Actualmente es colaboradora de la revista Líder Ejecutivo y dirige su propia firma: Astrea- Instituto de Desarrollo Empresarial y Profesional.