Todos los días, la gente habla de dinero. La gente se vuelve loca por el dinero, algunos pierden la ética, la moral e incluso el amor de su familia.

Ninguna cantidad de dinero es suficiente para hacernos felices.

Tenemos muchos refranes que ilustran nuestras ideas (y prejuicios) sobre el dinero:

Aproximadamente en el año 600 antes de Cristo, el imperio Lidio inventó la moneda, en el territorio que hoy es Turquía. Ellos acuñaron monedas de metal incluso antes que los hindúes y los chinos.

La moneda, un pequeño disco de metal que representa un cierto valor, facilitó la vida de los comerciantes en gran medida.

En vez de comerciar con sacos de trigo, vacas, ovejas, etc., que pueden echarse a perder o que representan un gasto continuo y no son tan fácilmente cambiables.

Por ejemplo, no podrías decir: te debo 0.17 ovejas. Tendrías que matar al animal y a partir de ese momento tienes muy poco tiempo para consumir o salar la carne antes de que se eche a perder.

El dinero funciona como medio de ahorro, permite que la gente pueda "guardar” el trabajo realizado hoy para gastarlo después, con lo que fueron apareciendo diversos productos financieros.

No es casualidad que los primeros bancos del mundo se crearan en Italia, uno de los principales comerciantes de la historia.

Ahora bien, ahorrar no es una estrategia perfecta. Los gobiernos a lo largo de la historia se han dedicado a quitarle valor al dinero, en beneficio del gobernante en turno. Desde la creación de las monedas, el gobernante tiene una ganancia.

Por ejemplo, si crear un real tiene un costo de medio real (minería + procesamiento + acuñación de la moneda), entonces el gobernante le gana un 100% de la inversión a cada moneda que sea creada con la cara del rey.

Aún así, para mantener castillos, sirvientes, ejército, flota naval, cortesanos y todos los gastos que representa un gobierno es un gasto tan grande que los reyes simplemente iban haciendo monedas de cada vez menor calidad.

Es decir, le iban rebajando el oro y la plata a las monedas emitidas.

¿Parece buena idea, no? Pero no tanto: esto traía un costo. El pueblo y los comerciantes rechazaban las monedas que habían sido envilecidas.

Hoy en día sigue pasando lo mismo, solo nos damos cuenta porque mucho del dinero que "pasa por nuestras manos” es digital.

Pero aún así se sigue beneficiando el gobierno con la emisión de billetes y monedas por encima de las necesidades del mercado, lo que hace que vayan bajando de valor.

¿Cuál es la consecuencia?, que los precios de todo van aumentando. Esto es lo que conocemos como INFLACIÓN.

Ahora bien, para proteger tu ahorro de la inflación, existen diferentes métodos. Uno de ellos es invertir en "monedas fuertes", es decir, monedas donde la inflación es cercana a cero porque el gobierno ha decidido no abusar de su monopolio de emisión de la moneda.

Otro método es invertir en contratos atados a la inflación, es decir: la parte que recibe el dinero se compromete a devolverlo completo más una ganancia (interés) que no puede ser menor a la inflación. Así funcionan las UDIS en México.

Pero, el gobierno no necesariamente es el principal asesino de tus finanzas. Tu principal enemigo eres tú mismo y tus ansias por gastar.

Cuando tenemos dinero en las manos casi pareciera que nos quema, de tan grande que es la urgencia de gastarlo. El permitir que las emociones nos dominen a la hora de gastar el dinero es casi una garantía de fracaso financiero en el futuro.

Para ilustrar este punto, me va a servir una metáfora: el automóvil.

En un automóvil bien diseñado, encontramos varios sistemas:

De igual forma estar perfectamente bien balanceado, y esto implica que las prioridades van primero:

Las necesidades básicas: comida, hogar, salud.

Protección: un sistema que proteja nuestro patrimonio y nos ayude con imprevistos.

Después de esas necesidades, podemos empezar a gastar en entretenimiento, diversiones, vacaciones, etc.

Pero frecuentemente se nos olvida poner un sistema de protección ante las desgracias de la vida: fallecimiento, enfermedades, accidentes, incendios, choques, etc.

Así como en un automóvil, tener un buen sistema de frenado, defensas y bolsas de aire, es más importante que unas bocinas del mayor nivel posible de fidelidad.

Pero la seguridad financiera no es "cool”; después de todo, no es algo que puedas presumir a tus amigos o subir a tu página de Facebook.

Tener un buen seguro de vida no es tan "instagrameable” como ir de vacaciones a Disney.

En mi empresa, buscamos personas que quieran trabajar como asesores de seguros.

Pero somos muy selectivos a la hora de aceptar a alguien.

Por eso tenemos un equipo de psicólogos trabajando arduamente en la selección de personas adecuadas.

Uno de los temas que siempre se analizan es si la persona está más orientada a los retos y a los altos ingresos o por el contrario, a la seguridad y la estabilidad.

Una persona que busque arriesgarse para ganar más es lo que estamos buscando…

… pero que no le guste tanto el dinero que pierda la ética.

Tampoco aceptamos a personas que quieren "poquito pero seguro" cada quincena.

En fin, a veces pareciera que es un trabajo casi como el de buscar una aguja en un pajar.

¡Pero vale la pena! Porque cuando una persona tiene ansia de ganar en serio, en esta profesión puedes generar muchísimo dinero, muchísima protección y generarte

jugosos excedentes para sí mismo, para su familia y para tu futuro.

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