¡Haz que las cosas sucedan! Reyes Aguilar Medina

¡Haz que las cosas sucedan! Reyes Aguilar Medina

 
Vivimos en un mundo donde abundan los planes perfectos, las ideas brillantes y las buenas intenciones, pero escasea la ejecución y la disciplina para hacer realidad nuestros sueños. Es común ver presentaciones bien hechas, cronogramas detallados y objetivos ambiciosos… que no se cumplen. ¿Por qué? Porque no basta sólo con planear. Si no damos seguimiento puntual al plan de trabajo, no vamos a llegar a ninguna parte. Lo que transforma una visión en realidad es la acción constante, la ejecución disciplinada y el liderazgo que no se rinde hasta ver los resultados.

Hacer que las cosas sucedan no es solo tener una buena idea o una estrategia sólida. Es tener la disciplina, la estructura y el equipo correcto para ejecutarlas. En este artículo quiero compartir tres claves fundamentales que, en mi experiencia, hacen la diferencia entre los proyectos que se quedan en el papel y los que realmente se convierten en realidad.

1. La metodología es importante, pero …

Contar con una metodología de administración de proyectos es la base y el deber ser. Ya sea que uses PMI, Scrum, Kanban, OKRs o cualquier otro enfoque, tener una estructura clara ayuda a ordenar las tareas, establecer metas, medir avances y dar dirección al equipo.

Una metodología bien implementada te da una visión clara del camino. Es el punto de partida. Es el medio no el fin. Pero una metodología sin acción es solo una ilusión bien diseñada. No debemos olvidar esto: la metodología no ejecuta el proyecto por ti. Puedes usar la mejor metodología de administración de proyectos, tener el mejor software de gestión, las mejores prácticas documentadas y todos los tableros actualizados… y aun así fracasar, si no hay seguimiento y acción constante.

A lo largo de mi experiencia he visto proyectos impecablemente planeados y brillantes que jamás se concretaron. ¿Por qué? Porque nadie los empujó. Porque se asumió que tener el plan era suficiente.

La metodología es el mapa, sí, pero el mapa no te lleva a tu destino si no te subes al auto y conduces. El verdadero poder no está tan sólo en el diseño del plan de trabajo, sino en la decisión diaria de ejecutarlo. Si no hay movimiento, si no hay alguien que impulse y supervice el proceso día con día, el proyecto se estanca.

2. El seguimiento y el micromanagement con balance

El seguimiento puntual es la diferencia entre planear y lograr. No se trata de revisar por revisar, sino de asegurar que cada parte del plan se está ejecutando como se debe. Aquí es donde entra un concepto polémico: el micromanagement.

Muchos lo ven como algo negativo, y en exceso, lo es. Un líder que controla todo, que no delega, que ahoga a su equipo con detalles, termina por afectar la productividad y el ánimo del mismo. Pero en el otro extremo, un líder totalmente ausente, que deja todo al criterio de un equipo sin rumbo, también está condenado al fracaso.

La clave es el balance. En mi experiencia, cuando trabajas con un equipo que no tiene el mismo nivel de compromiso por hacer que las cosas sucedan, aplicar un porcentaje adecuado de micromanagement es sano. Esa supervisión parcial permite mantener el rumbo, resolver problemas a tiempo y evitar desviaciones que luego son muy costosas.

Mientras más temprano se detecte un error y se corrija, menos costoso será en tiempo y dinero para el proyecto. La supervisión constante no es control por control, es prevención, eficiencia y ahorro.

3. La fórmula: visión + ejecución

Los grandes proyectos no se construyen solos, se necesita un líder con visión y un equipo con las habilidades necesarias para hacer las cosas.

Un equipo sin visión puede trabajar duro, pero se pierde. Un líder sin un equipo capaz puede soñar alto, pero no despega. Se necesitan ambos: el sueño y las manos que lo conviertan en realidad.

Los líderes que logran cosas grandes son aquellos que inspiran, que acompañan, que corrigen cuando hace falta, pero que también confían y empoderan. Y los equipos que brillan son aquellos que no solo tienen talento técnico, sino pasión, compromiso y hambre de resultados.

El líder marca el rumbo, el equipo hace el camino y juntos hacen historia.

No basta con planear, hay que ejecutar

Si hay algo que quiero dejarte en el corazón después de este artículo es esto: ¡Haz que las cosas sucedan!

No te enamores solo del plan. Enamórate del proceso. Del seguimiento. De la corrección a tiempo. De las decisiones valientes. De levantar la mano cuando algo va mal. De celebrar los pequeños avances. De no soltar el timón, aunque el mar se ponga bravo.

Porque al final del día, las ideas no cambian el mundo pero las acciones sí. Haz que las cosas sucedan. Porque el mundo necesita menos teoría… y más líderes que ejecuten con pasión, visión y disciplina.

Reyes Aguilar Medina

Hijo, hermano, esposo, padre, ciudadano e hijo de Dios, comprometido con su crecimiento personal y espiritual

Es socio fundador de Grupo Blue Ocean, grupo empresarial enfocado en la innovación tecnológica dentro del sector de Tecnologías de la Información.

Especialista en Análisis, Diseño y Desarrollo de Sistemas de Software Complejos, con formación en Ciencias de la Computación por la Facultad de Matemáticas de la Universidad Autónoma de Yucatán. A lo largo de su trayectoria, se ha desempeñado también como Administrador de Proyectos, Director de Proyectos y Director de Productos de Software.

Autor del libro "Construyendo mi Felicidad” (Amazon, julio 2024), una obra que reflexiona sobre el sentido de vida, propósito y plenitud desde una perspectiva de responsabilidad personal e integral del ser humano.

Apasionado del running desde 2015, ha participado en el Maratón de Mérida 2022 y en diversos medios maratones. Disfruta de tocar guitarra, piano y cantar.

COMENTARIOS

Anónimo
Excelente líder y un gran ser humano. Felicidades .

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