No es lo mismo conocer el camino que recorrerlo

No es lo mismo conocer el camino que recorrerlo

 

Esta frase puede resultar paradójica como casi todo lo humano. Sin embargo, encierra una alta dosis de sabiduría.


La famosa pirámide del conocimiento lo confirma:


  • En la base se ubican los datos que son hechos aislados, sin contexto ni significado por sí solos y son captados por nuestros sentidos: vista, olfato, tacto, oído y gusto.


  • En el segundo nivel, más estrecho que el nivel anterior, está la información, aquí los datos han sido procesados, relacionados y tienen sentido


  • El tercer nivel corresponde al conocimiento que se acumula y se relaciona con conocimientos preexistentes. En este nivel se va depurando y dejando el que ha sido validado.


  • Y finalmente, en la cúspide de la pirámide se encuentra la sabiduría que es la aplicación del conocimiento para resolver problemas, tomar decisiones y generar nuevas ideas.


Aquí es donde todo hace sentido:


El conocimiento acumulado que no se aplica o ejerce no funciona, es vano. Pero es en situaciones complejas y determinantes que la sabiduría aparece y sorprende.


Sin embargo, en tiempos de Internet en el que el big data, los sistemas de análisis de información, la inteligencia artificial, las redes sociales y el poder de cómputo,  parecen haber desintegrado la pirámide del conocimiento. Valdría la pena reflexionar con base a las siguientes preguntas:


  1. ¿Sólo queda creer en el resultado simplificado que proporciona la tecnología? 

  2. ¿Dónde queda el pensamiento crítico? 

  3. ¿Las decisiones que se toman ya no tienen responsables?

  4. ¿Quién asume las consecuencias de esas decisiones?

  5. ¿Es posible que la inteligencia artificial tome en cuenta la moral y la ética para una toma de decisiones?


La IA puede ser entrenada con grandes conjuntos de datos que incluyen información sobre valores morales y éticos. Al aprender de estos datos, la IA puede identificar patrones y tomar decisiones que estén alineadas con esos valores. Los desarrolladores de IA pueden diseñar algoritmos que incorporen explícitamente principios éticos. Por ejemplo, un algoritmo puede ser programado para evitar discriminar a ciertos grupos de personas.


Sin embargo, si el IA es programada bajo principios morales y éticos basados en el Corán o la Biblia o el Libro del Mormón. ¿El aprendizaje generado será bueno para unos pero malo para otros?


La nueva pirámide del conocimiento con una visión alineada a la IA sería de dos niveles. Plantea entonces dejar únicamente la parte más alta la sabiduría y en la parte de abajo el conocimiento válido almacenado en una base de conocimiento digitalizada. ¿A caso estará reservada sólo para líderes?


Ciertamente surgen más preguntas, pero que solo confirman la importancia de la frase: No es lo mismo conocer el camino que recorrerlo.



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