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Agua, suelo, planta: Una relación inseparable. Adriana González Durán
Agua, suelo, planta: Una relación inseparable. Adriana González Durán
Hace unas semanas con el auge de las imágenes con IA me conmocionó el gasto de agua ocasionada y de cómo se vuelven una moda sin importar el impacto que tiene en los recursos naturales, rompiendo ciclos naturales como la escasez de lluvias y esto en los incendios forestales y esto en lo pocos bosques que van quedando, convirtiéndose ya no en incendios forestales naturales como parte de una fase de sequía natural, sino como la destrucción del bioma. Y todo por falta de agua por una moda que no crea solo replica. ¿Acaso la tecnología no considera estos detalles a la hora de innovar y/o desarrollar? Es como si nos dedicáramos a generar y generar, tirar y tirar, a crear una generación de desperdicio.
Entonces me recordó una materia que me encantaba en la carrera de Agronomía llamada: relación agua, suelo y planta, que sin entrar en tecnicismos y fórmulas trata de que esos tres elementos son necesarios para existir en su justa medida, adaptándose o ajustándose a los diferentes tipos de ambientes y cómo conceptos como fotosíntesis, turgencia, transporte de nutrientes etc. son necesarios para esta relación simbiótica llevándome a la relación entre la tecnología, la naturaleza y la política.
La cual también es una relación compleja e inseparable a la vez. Por un lado, la tecnología puede ser una herramienta para abordar desafíos ambientales y sociales, pero también puede generar impactos negativos en el medio ambiente y la sociedad. Y por el otro las políticas públicas juegan un papel crucial en la regulación y dirección de la tecnología, buscando equilibrar los beneficios con los riesgos, pero pueden ser negativas al dejarse llevar por el poder y la avaricia. Y en medio de todo esto estamos la naturaleza y el Ser humano, los cuales somos del mismo equipo pero divididos al fin.
Ya se trabaja bastante en ciencia a respetar y asociar a la importancia de esta relación humana y naturaleza. Pero por otro lado sigue explotando los recursos. ¿Realmente se nos educa a filosofar, a crear, a reciclar, a respetar, a crear conciencia? ¿O en qué momento lo dejamos de hacer y por qué? ¿Acaso como especie pensante podemos seguir conectados con la naturaleza y recordar sus ciclos, trabajando en conjunto, sin afectar con nuestro intelecto?
La relación agua, suelo y planta que es un principio natural, como lo es la descomposición de residuos en un bosque, que es la técnica de la composta aplicada por el hombre, podría ser guía para enseñarnos a equilibrar a estos tres elementos.
Así la tecnología juega un papel clave en la lucha contra el cambio climático, con la transición a energías renovables, la captura de carbono y la adaptación a los efectos del cambio climático; y las políticas deben fomentar la innovación tecnológica en áreas como la energía renovable, la gestión de residuos y la agricultura sostenible con participación ciudadana y desde la educación básica con arte, ciencia y filosofía. Regulada por un sistema armónico, entendiendo que la naturaleza es el entorno que vivimos y somos parte de él. Y que los tres son necesarios para habitar este planeta llamado tierra, que no está mal crear, mientras no desequilibremos esta relación.
Adriana González Durán es Ingeniera Agrónoma con Especialidad en Horticultura Tropical por el Instituto Tecnológico de Conkal con Maestría en Floricultura con especialidad en mejoramiento genético del Centro de Investigación y Asistencia Posgrado en Ciencias de en Tecnología y Diseño del Estado de la Floricultura con Jalisco A.C. (Unidad Sureste). Ha participado en diversos proyectos de investigación. Amante de la lectura y la naturaleza.