A lo largo de mi carrera como Ingeniero en Sistemas he tenido la fortuna de convivir con colegas de otras disciplinas principalmente con profesionales de la Contaduría Pública y la Administración. Ya sea en mis inicios como programador, líder de proyecto en el desarrollo de software administrativo y como CEO de INFOXPERT.

Ha existido un común denominador en todo este tiempo: ha sido la evolución y transformación constante de la tecnología que utiliza la Autoridad Fiscal.

Hoy prácticamente todos los sistemas administrativos, al menos en México integran el manejo de CFDI como unidad básica de información y existe un proceso de validación llamado "Timbrado” que certifica cada transacción de las empresas y sus relaciones entre la venta, compra, ingresos, pagos a proveedores, empleados e incluso el pago de impuestos.

PUEDES LEER TAMBIEN: Servicios en la nube cada vez más fácil y al alcance

Por su parte los Sistemas Administrativos ERP integran prácticamente todos estos procesos administrativos de las empresas, proveen información consistente, veraz y oportuna a los administradores de las empresas para tomar decisiones.

Software como Xelcron ERP integra soluciones basadas en la nube y con un elemento que hoy se está haciendo cada vez más necesario para directivos: conocido como Business Inteligence que combina análisis de negocios, minería de datos, visualización de datos y herramientas e infraestructura de datos.

Lo que estoy diciendo es que la tecnología para las empresas está disponible, sin embargo, existe una barrera para que los directivos tengan la posibilidad de aprovecharla.

Esta barrera es la deficiente calidad de las fuentes de datos que se integran en Business Inteligence. Si la empresa a través de sus políticas comerciales incurre en prácticas inapropiadas será extremadamente complejo integrarlas en un tablero para tomar mejores decisiones.

Una recomendación es iniciar una migración hacia herramientas que den la oportunidad a administradores y fiscalistas de rediseñar o corregir las estructuras de datos en las que se registran las transacciones del negocio y reflejen éstas, información veráz y mejores prácticas.

De otro modo, continuar con estructuras de cuentas contables deficientes impedirán sin duda, llegar al uso de Business Inteligence y poner en riesgo el mediano y largo plazo de la empresa.