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La educación profesional del futuro será sustancial, práctica y enfocada en la empleabilidad.
La educación profesional del futuro será sustancial, práctica y enfocada en la empleabilidad.
En los segmentos medios de la población, las carreras profesionales, como hoy las conocemos, tendrán cada vez menor participación. En su lugar, la demanda se enfocará en un conjunto de carreras profesionales y programas de estudio de menor duración –quizá de entre seis meses y dos años–, pero sustanciales, prácticos y enfocados totalmente en la empleabilidad.
Las razones son claras –y no menos importantes unas que otras–: las generaciones que recién se están incorporando al mundo laboral tendrán una esperanza de vida que puede rebasar los 95 años, incluso será más común encontrarse con personas que alcancen una edad de 100 años. Este factor, claro que tendrá un impacto relevante en el momento de la jubilación. El escenario nos lleva a pensar que será casi imposible que una población longeva busque terminar su vida productiva entre los 60 y 65 años –además, no existirá un sistema de pensiones que lo soporte–. Esto provocará que las personas se reinventen varias veces a lo largo de su vida.
Los centennials (aquellos que nacieron entre finales de los años 90 y el 2010), por ejemplo, se estima que cambiarán de rumbo profesional entre tres y cuatro veces. Estas personas, quizá, podrían dedicarse a la gastronomía durante 10 años, y los siguientes 10 a la construcción –a diferencia de nosotros, que pertenecemos a la generación x, que hicimos una carrera de cuatro o cinco años, maestrías y doctorados, todo en la misma área de estudio–. Hablamos de que siempre serán aprendedores de por vida.
La velocidad de la transformación digital es otra de las razones por las que se demandarán cursos y certificaciones más cortas y efectivas. Por ejemplo, hablando de profesiones existentes, hoy un contador tradicional puede emprender un proceso de re-skilling (actualización) para re-convertir y fortalecer sus conocimientos, en poco tiempo, en el ámbito digital e incrementar su rango de empleabilidad.
Hacia el futuro, desde Universidad Tecmilenio, hemos identificado varias áreas de desarrollo y conocimiento digital que serán cada vez más demandadas y relevantes en el mercado. En general, están relacionas a temas de desarrollo de software, procesamiento y análisis de datos, ciberseguridad, diseño de videojuegos e inteligencia artificial, entre otras.
Solo como ejemplo, en este sentido, un área que genera grandes expectativas es el metaverso. Y es que se vaticina la creación de una cantidad muy importante de empleos ex profeso para el funcionamiento de esta realidad paralela.
La salud es otra de las grandes áreas que cobra cada vez mayor relevancia. Esto, debido al periodo pandémico que recién atravesamos. La gente se preocupa más por su salud física y mental. Asimismo, estamos ante el inminente envejecimiento de la población. Así que áreas como la administración de la salud, enfermería, asistencia para las personas mayores, atención de urgencias médicas, imagenología y diversos procesos terapéuticos tendrán mayor demanda.
El turismo –una actividad muy particular en México– continuará creciendo y evolucionando; no solo entre la población joven del país, sino del extranjero –en este sentido, Yucatán se consolida como un polo de desarrollo–. Observaremos un creciente mercado en áreas de estudio como la gastronomía, servicios al cliente, promoción turística, administración de propiedades de estancia corta, entre otros.
La aceleración de nuevos procesos industriales también continuará impulsando una creciente demanda de talento en áreas como las operaciones logísticas y los recursos humanos.
Ante nosotros se encuentra un escenario desafiante, pero lleno de posibilidades, en el que empresas y universidades tenemos retos por resolver. Por un lado, ante los ambientes volátiles e inciertos, las organizaciones se enfrentan al reto de mejorar sus procesos de anticipación y manejo de la ambigüedad, en donde el cambio será la constante. Además, la formación y preparación de sus colaboradores será un factor clave para asegurar el logro de los indicadores más importantes. Por otro lado, las universidades tendremos que redefinir los roles y modelos de formación para adaptarlos a necesidades dinámicas, flexibles, de mayor pertinencia y con alto impacto en el retorno de inversión, no solo de las empresas, sino también de los colaboradores.
Las posibilidades de co-creación serán infinitas, las nuevas tecnologías y modelos de acompañamiento abrirán nuevos caminos para una educación mas híbrida y digital, pero enfocada en las personas y en su propósito de vida. Juntos podemos lograr una gran combinación que permita trazar la ruta hacia el desarrollo y crecimiento de México en los próximos años.
Julio Ernesto Peña Gaviria
Es director de la Vicerrectoría de Empresa de Universidad Tecmilenio.
Hace 5 años se unió al equipo de Tecmilenio como Líder Nacional de los procesos de crecimiento y captación, después tomó la dirección general de Tecmilenio Online. Recientemente tomó el liderazgo de la Vicerrectoría de Empresas en Tecmilenio.
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