Hay una realidad del entorno económico de un país emergente como México. Un importante número de emprendimientos inician bajo el modelo de una empresa familiar: las empresas son propiedad de la familia y son controladas por ésta.

Así, la unidad básica de cohesión social llamada familia sirve también como unidad básica de organización económica.

Observar nuestro entorno nos confirma que la mayoría de las empresas que hoy están en plazas comerciales, sucursales por toda la ciudad, el estado, la región o el país provienen de un emprendimiento y muchas de ellas mantienen el modelo de empresa familiar.

Si bien, los fundadores o iniciadores de la empresa familiar lo hicieron con base a su forma de ser. Trabajo duro, sacrificio, altos riesgos, suerte, relaciones y un largo etcétera; el camino en la mayoría de las veces fue de subidas y bajadas. Pregúntale a cualquiera de los que hoy son exitosos empresarios y pueden confirmar mis dichos.

El aprendizaje fue a prueba y error.

Sin duda, la empresa familiar enfrenta retos diversos como negocio en marcha. Cómo vender más, cómo crecer, cómo mantener su posición en el mercado entre otros. Pero quizá uno de los mayores retos es cuando el fundador debe enfrentar la sucesión.

A lo largo del ciclo de vida de la empresa familiar se toman decisiones que en su momento fueron estratégicas pero que con el paso del tiempo se pueden convertir en problemas que se van postergando y que involucran a los miembros de la familia.

Esta puede ser la causa de que los ejercicios de planeación estratégica que se ejecutan dentro de la empresa dejan fuera conflictos familiares y por consiguiente no funcionan del todo. Además de carecer de un Protocolo Familiar.

El Protocolo Familiar es un acuerdo entre los accionistas o miembros de la familia cuyo propósito es sentar las bases para trabajar en la empresa familiar, preservar su continuidad y trascendencia en el tiempo y que coadyuve al crecimiento del patrimonio y fortalezca la unidad familiar.

Hay un artículo muy interesante de la Universidad Autónoma de Yucatán publicado en la Revista Iberoamericana de las Ciencias Sociales y Humanísticas en Junio 2022 en el que preguntaron a 108 empresas de CANACINTRA YUCATAN acerca de temas de la problemática que enfrentan como empresas familiares y estos son algunos resultados del estudio:

37.8 % cuentan con un documento formal de planeación estratégica

21% cuentan con un protocolo familiar

39% de los directivos encuestados cuentan con formación universitaria

59.4 % tiene menos de 20 años

27% tiene entre 20 y 40 años de operación

13.6% tiene más de 40 años

65.7% se encuentran en su primera generación

28.7% están en su segunda generación

5.6% las lleva su tercera generación

Si bien, no hay una receta mágica, en mi opinión la autoridad y responsabilidad reside en la figura del fundador que muchas veces es el director general. Adquirir un nivel de conciencia que le permita "despertar” y reconocer, pero sobre todo asumir su tiempo y su momento para iniciar la transformación de su empresa.

De nada sirve una planeación estratégica sin un contexto del entorno familiar. La visión debe tener altura de miras y es función del líder plantearla.

Yo propongo ejecutar un Plan de Mejora. Un instrumento cuantitativo que le permita al líder instrumentar un plan de acción aterrizado para poner en un radar todos los elementos tanto de su vida familiar como de la empresa. Pero para eso debe destinar un recurso no renovable: El tiempo.

"Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar” Pedro Calderón de la Barca