Retar, formar, impulsar: El nuevo rol del empresario. Juan Carlos García Barcala

Retar, formar, impulsar: El nuevo rol del empresario. Juan Carlos García Barcala

 
Cuando una persona acepta un empleo, no solo está buscando un ingreso. Está buscando un lugar donde pueda crecer, aportar y desarrollarse. Aunque muchas veces se habla del salario como el principal factor de decisión, lo cierto es que el verdadero valor de un empleo se mide en lo que le permite aportar, no solo en lo que recibe al final de la quincena.

Como verdaderos empresarios, no solo abrimos vacantes. Creamos escenarios de desarrollo. Cada vez que contratamos a alguien, estamos influyendo en su vida personal, en su futuro profesional y en su autoestima. Por eso, no podemos conformarnos con pagar a tiempo. Debemos ofrecer oportunidades que reten, formen e impulsen a las personas. Y hablando muy en serio… si no es así, estamos en problemas.

Retar no es exigir más por menos. Es invitar al colaborador a resolver problemas reales, a usar su criterio, a sentir que lo que hace importa. Es confiar en que la gente quiere dar lo mejor de sí… siempre y cuando le demos algo que valga la pena hacer. Los trabajos repetitivos ya los puede hacer la robótica y la inteligencia artificial, y a un costo mínimo.

Formar es más que capacitar. Es liderar con el ejemplo. Es crear una cultura donde se puede aprender sin miedo, donde se cometen errores sin perder dignidad, y donde cada reto es también una oportunidad de evolución. Es ir más allá de impartir conocimiento, es entrenar y es enseñar a aprender para después tomar decisiones.

Impulsar es entender que el crecimiento de una empresa depende directamente del crecimiento de su gente. Cuando una persona se siente impulsada —no presionada— a superarse, a aportar ideas, a asumir responsabilidades, entonces el compromiso aparece sin necesidad de perseguirlo.



El nuevo rol del empresario no es solo administrar recursos. Es liberar el potencial de quienes trabajan con nosotros. Porque si bien el sueldo es una parte importante del acuerdo laboral, lo que realmente retiene al talento es la posibilidad de crecer haciendo algo que tiene sentido, en un entorno donde se le respeta y se le exige con propósito.

En un mercado donde todos compiten por atraer talento con beneficios y bonos, tal vez el mejor diferenciador no sea cuánto ofreces… sino cómo haces sentir a quien se une a tu proyecto.

La nómina es sagrada, si, pero una empresa fuerte no se construye solo con salarios. Se construye con personas que se sienten parte de algo más grande que su puesto.

Esto no es un nuevo rol, es la verdadera responsabilidad del empresario: retar, formar e impulsar.

Juan Carlos García Barcala

Juan Carlos es ingeniero industrial y de sistemas por el Tecnológico de Monterrey, con una Maestría en Sistemas de Calidad y Productividad y una especialidad en Administración Financiera. Actualmente, es socio director de PlanEs, empresa de consultoría en planeación estratégica. Ha sido Director General de la Agencia para el Desarrollo de Yucatán y Coordinador General de Proyectos Estratégicos. Apasionado de la tecnología, la lectura, la familia y la buena comida, es también fan del Real Madrid. Su carrera combina excelencia profesional con un enfoque integral en su vida personal.

COMENTARIOS

Anónimo
Excelente artículo Me recordaste dos conceptos La intrategia Y el sentido de pertenencia

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