Fianzas. ¿Necesito una?

Fianzas. ¿Necesito una?

 
Se define a la fianza como un instrumento accesorio mediante el cual una afianzadora brinda seguridad del cumplimiento de las obligaciones de un contrato entre dos partes. Su función es mitigar el riesgo de incumplimiento al beneficiario, ya que garantiza la obligación del contrato, si es que el fiado no lo haya podido hacer por sí mismo, o bien, asegura su reparación económica. 
En México el 70% de las primas son generadas por los contratos de obra y proveeduría (cumplimiento, anticipo, licitación y buena calidad) ante Beneficiarios Públicos, ya sean a nivel federal, estatal o municipal en apego a los requisitos legales de contratación.
Cada vez es más común el uso de fianzas en proyectos tanto de iniciativa privada y de gobierno al respaldar clientes con proyectos de relevancia nacional y brindar certeza a los beneficiarios en la conclusión de sus proyectos en tiempo y forma; las fianzas también contribuyen en el aspecto social por relacionarse con actividades productivas del país y proyectos de interés público tales como carreteras, infraestructura pública, presas, escuelas, hospitales, universidades, etc.
Las fianzas en México, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), representan un mercado de 9,200 millones de pesos en primas directas, y un 3.5% del PIB en relación a las responsabilidades afianzadas por contratos de obra y proveeduría.
Por su parte, se estima que el 30% de las primas anuales son generadas por fianzas que garantizan contratos entre particulares y cuyo mercado está en crecimiento.
Una variable que habrá que resolver es precisamente determinar quién va emitir la fianza. Aquí vale la pena buscar firmas especializadas que cuenten con gran posicionamiento, nos comenta Mario Montalvo Ortega, Socio Director de Grupo Montalvo, empresa con más de 60 años en el sureste de México.  Aún cuando la instrumentación de este tipo de documento legal tiene todas las implicaciones necesarias para disminuir eventos que puedan poner en riesgo la solvencia de los involucrados, la confianza sigue siendo un factor determinante. Concluyó el especialista.


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