¿El dinero tiene que ver con el alma? (II)

¿El dinero tiene que ver con el alma? (II)

 
Nunca el dinero hizo rico al hombre, porque solamente le sirve para aumentar su codicia
Séneca

Sin embargo a pesar de esta frase de Séneca que algo tendrá de razón, todos queremos atraer y tener con nosotros la riqueza, lo cual me parece muy válido, pero lo que no sabemos es que ya la trae uno consigo, y solamente unos cuantos aspectos no materiales nos mantienen alejados de ella.

El dinero no se gana esforzadamente, la carga que implica el tener que ganar el dinero con el sudor de nuestra frente, luchando tenazmente sin descanso, no es la mejor manera de lograrlo, todo se vuelve más ligero cuando nos damos cuenta que las limitaciones las imponemos nosotros mismos.

Lo rico que queramos ser empieza a fluir cuando aceptamos que es solamente una cuestión de felicidad y actitud ante el trabajo, por lo que es indispensable el tener un trabajo que nos guste y nos llene.

Armando Manzanero nuestro gran compositor, quien inició y construyó su carrera empezando desde abajo, ha dicho en múltiples entrevistas, que él no recuerda estar sufriendo al trabajar ni sentir que desplegaba un gran esfuerzo ni que estaba pasando limitaciones y carencias o crisis y circunstancias externas que lo frenaran.

Los problemas que creemos tener no desaparecerán cambiándonos de lugar, ya que ellos siempre permanecerán y nos acompañarán a donde vayamos, por lo que no es con cambios físicos como los solucionaremos, pero si con la transformación interior y un modo de pensar adecuado.

Si pensamos donde invertir, la mejor inversión será la que hagamos en nuestra fuente de felicidad y si invertimos en la evolución de nuestra alma y en las de los demás, jamás nos veremos afectados por las crisis.

Obviamente que debemos disponer del suficiente dinero, aunque realmente no hace falta ser millonarios, y vuelvo a repetir que lo primero que necesitamos es un trabajo que nos guste y nos llene haciéndonos sentir realizados y plenos.

La mejor forma de construir un capital suficiente es conseguir desde hoy ser una persona feliz, y por cierto de eso dependerá también cómo será nuestra jubilación.

Espero que el día de mi muerte las personas que me aman puedan decir: ¡Cuando Mario murió estaba lleno de vida!

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