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Conocer al cliente cambia la estrategia, no sólo las ventas. Juan Carlos García Barcala
Conocer al cliente cambia la estrategia, no sólo las ventas. Juan Carlos García Barcala
Muchos empresarios siguen pensando que conocer al cliente es una función operativa, una tarea del área comercial o de marketing. Pero, en realidad, entender al cliente es una de las decisiones más estratégicas que puede tomar un negocio. No se trata simplemente de vender más, sino de comprender cómo las personas interpretan el valor, qué las motiva a elegirte, o a dejarte, y cómo se sienten al interactuar con tu marca.
Hay un caso que vale la pena contar sobre algo que pasa todos los días en la cadena de hamburguesas Five Guys. Cuando pides papas fritas, el empleado llena tu vaso, porque las papas las sirven en un vaso, ya sea chico, mediano o grande, y luego, sin decir nada, agrega un puñado extra dentro de la bolsa. No está en el menú ni se cobra aparte. Es un gesto pequeño, pero poderoso: el cliente no lo interpreta como promoción, sino como generosidad. Y eso vale más que cualquier anuncio.
Ese gesto, que podría parecer irracional desde la lógica contable, es profundamente estratégico. Si la empresa se guiara sólo por la eficiencia, eliminaría esas papas adicionales. Pero perdería algo mucho más valioso: el valor percibido. Porque las personas no compran productos, compran experiencias. Compran lo que representa algo para ellas, lo que las hace sentirse valoradas o especiales. El cliente no recuerda los precios: recuerda cómo lo hiciste sentir.
Hoy los consumidores son contradictorios: se quejan de la economía, pero gastan en lo que les da bienestar; comparan precios, pero pagan más por lo que los hace sentir únicos. Detrás de esas aparentes paradojas hay una verdad profunda: la decisión de compra no se toma solo con la mente, sino también con el corazón.
Conocer al cliente, entonces, no es analizar cifras o llenar encuestas. Es entender su forma de sentir. Saber qué sacrifican para comprarte, qué esperan recibir más allá del producto y qué detalles convierten una transacción común en una experiencia memorable.
A veces no se trata de hacer más cosas. Se trata de hacer las cosas con más sentido. Un saludo genuino. Una pequeña atención inesperada. Una mejora en la comodidad del servicio. Todos pueden ser tu versión de las papas en el fondo de la bolsa. Los negocios que están ganando hoy son los que han aprendido a leer a sus clientes con detalle. Los que entienden que el valor no está en el producto, sino en la experiencia completa que lo rodea.
En un mundo donde los clientes tienen más opciones que nunca, donde sus preferencias cambian cada vez más rápido, y donde la lealtad se gana todos los días, conocer profundamente a tu cliente no es solo una ventaja competitiva. Es la única ventaja que realmente importa. Porque quien conoce a su cliente de verdad no solo vende más: construye relaciones más duraderas, más fuertes que las de la competencia y menos vulnerables a los cambios del mercado. Entender al cliente es, en última instancia, entender el alma de tu empresa. Todo lo demás es ruido.
Juan Carlos García Barcala
Juan Carlos es ingeniero industrial y de sistemas por el Tecnológico de Monterrey, con una Maestría en Sistemas de Calidad y Productividad y una especialidad en Administración Financiera. Actualmente, es socio director de PlanEs, empresa de consultoría en planeación estratégica. Ha sido Director General de la Agencia para el Desarrollo de Yucatán y Coordinador General de Proyectos Estratégicos. Apasionado de la tecnología, la lectura, la familia y la buena comida, es también fan del Real Madrid. Su carrera combina excelencia profesional con un enfoque integral en su vida personal.















