Muchas veces hemos escuchado o hemos pensado, ¡debo ejercitarme!, ¡requiero unas vacaciones ya!, ¡necesito hacerme mi chequeo médico!, ¡necesito practicar yoga o meditación!, ¡me gustaría tomar terapia!, ¡creo soy adicto al trabajo!, ¡quisiera pasar más tiempo con mi familia!, ¡me encantaría empezar a leer!, ¡No tengo tiempo para nada! y a estas afirmaciones la respuesta que nos damos es: no me lo puedo permitir porque no tengo tiempo, es demasiado lo que dejaría de ganar, en este momento dejar el negocio me saldría muy caro.

Es indudable que cuando las preocupaciones me están literalmente asfixiando es difícil romper el círculo vicioso, pero será más difícil si además me resulta caro el buscar soluciones a mis problemas de salud física o espiritual, entonces jamás tendré soluciones.

Caro, barato, siempre serán conceptos muy relativos.

Conozco la historia de un gran y exitoso empresario, experto en economía, finanzas y con una innata intuición para hacer negocios, pero no "podía” cuidar su alimentación, permanentemente se quejaba de gastritis y tenía sus niveles de azúcar y colesterol altos, no se ejercitaba, vivía bajo continuo estrés dispuesto a ganar dinero a cualquier precio, tenía todos los factores médicos de riesgo para enfermarse y acortar  su vida pero a cambio cada vez era más rico, al platicarlo con él siempre respondía que el tiempo es oro y ya faltaba poco para ponerse atención, sin embargo pasaba el tiempo y ese día no llegaba, lo que si llego  en el camino es ir pagando el precio barato; acabó con su matrimonio, se distanció de sus hijos y hermanos y sus padres ancianos solo recibían de él una vista mensual.

Tras un infarto y hospitalizado seguía quejándose de lo caro que le estaba costando recuperar su salud, al decirle que cual era su preocupación ya que contaba con su seguro de Gastos Médicos, su respuesta fue que los gastos médicos eran lo de menos, pero que en lo que iba del mes ya había perdido mucho dinero.

Creo que es de vida o muerte el revisar mis conceptos de caro y barato y el sentarme a revisar mi vida.

En realidad es la avaricia la que está impidiéndome encontrar las puertas a mi realidad.

Mario Montalvo Ortega. Agosto 2018