3 deseos de un CEO. ¡Mejor pídeselo a Efrit! Luis Valiente

3 deseos de un CEO. ¡Mejor pídeselo a Efrit! Luis Valiente

 
Una tarde cualquiera de estos meses un CEO ordenaba el escritorio de su oficina, ya era muy tarde y todo su equipo de trabajo ya se había ido a casa.

Entre papeles, firmas, monitores y alguna copa de vino, no podía disimular el cansancio que evidenciaba toda una semana llena de juntas y compromisos.

De repente, recordó aquel regalo que le había llevado Julia, una de sus mejores amigas que hacía un mes había ido de vacaciones al medio oriente.

Recordó la bolsa de regalo que le llevó y como la había colocado debajo de su escritorio para abrir en otro momento; tomó la botella y sirvió otra generosa copa de vino, ya eran las 10:30 pm, evidentemente no iría a ningún lado esa noche de viernes.

Abrió la bolsa y vio una nota que decía "Lo que Alá no te dé, pídeselo a un Efrit”.

Sin entender la nota la dejo a un lado y saco lo que parecía un objeto envuelto en una hermosa tela roja; al sacarlo notó que era una tetera vieja, de color azul marino que asemejaba muchos años.

La acomodó con mucha delicadeza en su escritorio junto algunos otros objetos, mientras la observaba con detenimiento, volvió a tomar la nota para saber si decía algo más, pero no decía más que lo citado.

Lo volvió a leer, pero esta vez en voz alta.

De repente, la puerta de su oficina se abrió en un instante y toda su oficina se llenó de un humo grisáceo que cubría todo el suelo, entró por la misma puerta un hombre alto y muy elegante que se dirigió con prisa a la silla frente a su escritorio y dijo: —Yo no soy ni tu amigo, ni tu enemigo, pero te cumpliré 3 deseos, dime que es lo que tu más quieres.

Nuestro CEO se quedó mudo, viendo aquel hombre sentado frente a su escritorio, y no pensó ni un segundo su petición: —Quiero que me des clientes, muchos clientes, quiero hacer dinero, que me busquen con pedidos millonarios.

El Efrit lo miró y respondió — Excelente, ¡Ya está hecho! Volveré exactamente en un mes por tu segundo deseo.

Cuando transcurrió el mes volvió el Efrit.

¿Cómo estás? He vuelto.

—Mal. (Respondió el CEO) No estaba listo, para tantos clientes, tengo mucho dinero, pero mi equipo de trabajo no puede con tanto, he contratado a mucha gente, pero todo es un caos, no sé cómo atender a tantos clientes. Efrit, quiero que me ayudes a tener mucho orden en la empresa, que todos sepan lo que tienen que hacer, que trabajen bien y atiendan mejor las necesidades de los clientes.
El Efrit lo miró y respondió — Excelente, ¡Ya está hecho! Volveré exactamente en un mes por tu tercer deseo.

Cuando transcurrió el mes exacto volvió el Efrit.

¿Cómo estás? He vuelto.

— Bien querido Efrit, tengo el doble de clientes, pero la empresa funciona muy bien, todos saben que tiene que hacer y hacen más que excelente su trabajo, ahora quiero pedirte mi último deseo.
Quiero que mi empresa funcione así durante 500 años, que mis hijos y mis nietos y los nietos de mis nietos puedan gozar de los beneficios, y que después de 500 años ya nunca tenga nadie que trabajar de mi familia nunca más.

El Efrit lo miró y respondió — Excelente, ¡Ya está hecho! He cumplido tu tercer y último deseo ahora es tiempo de despertar.

En ese momento nuestro querido CEO abrió los ojos, estaba sentado en su oficina, el vino le había provocado un sueño intenso, abrió rápidamente aquel regalo que no había abierto aún para encontrar un bonito ajedrez de mármol, lo puso en su escritorio mientras pensaba en el Efrit, "Ojalá pudiera tener 3 deseos para mi empresa” Pensó.

Apagó la computadora, apagó la luz y se dirigió a la salida, por hoy ya había soñado mucho.

Espero que te haya gustado mucho esta pequeña historia, en ella trato de explicarte los 3 niveles fundamentales de las organizaciones, recuerda soñar siempre que tu empresa va a ser grande y tener tus deseos a la mano por si te encuentras un Efrit en tu camino.

Luis Ángel Valiente

luis.valiente@bluebusiness.com.mx

Comunicólogo, consultor y asesor de empresas en temas de comunicación corporativa y mercadotecnia.


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