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¿Te quema el dinero en las manos?
¿Te quema el dinero en las manos?
¿Te quema el dinero en las manos? ¿Cuánto tiempo tarda en llegar tu ingreso y cuánto tiempo tarda en irse?
La respuesta a estas 2 simples preguntas tiene su origen en un tema muy personal: Nuestra relación con el dinero.
Pareciera que el dinero no puede permanecer con nosotros por mucho tiempo. Siempre estamos pagando nuestros "compromisos”. Lo ponemos entre comillas porque habría que analizar qué entendemos por "nuestros compromisos”.
Para resolver esta incógnita tendremos que tocar un tema básico. La administración de nuestros recursos. Y va otra pregunta ¿Gastas más de lo que ganas?
Un concepto que necesitamos conocer es la diferencia entre calidad de vida y nivel de vida.
La calidad de vida es un concepto que hace alusión a varios niveles de la generalidad, desde el bienestar social o comunitario hasta ciertos aspectos específicos de carácter individual o grupal. De acuerdo a OMS la calidad de vida es la percepción de un individuo de su situación de vida, puesto en su contexto de su cultura y sistema de valores, en relación a sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones.
Por otra parte el nivel de vida se refiere a la posibilidad de las personas de obtener bienes y servicios en mayor cantidad. Así, una persona que tiene a su alcance ropa, coches, información, películas en el cine, parques de atracciones, bicicletas, etc, puede decirse que tiene un nivel de vida alto. Para obtener todas estas cosas sólo se requiere una cosa: tener dinero.
Estos 2 conceptos calidad de vida y nivel de vida muchas veces son confundidas de origen desde nuestro sistema de creencias.
Podríamos decir que si la calidad de vida pone al individuo en su contexto de su cultura y sistema de valores entonces podríamos inferir que si nuestro sistema de creencias acerca del dinero éste tiene una connotación negativa como: el dinero es malo, el dinero es el diablo, maldito dinero, etc. entonces hay lógica en el hecho que existan conflictos de tu relación con el dinero.
Durante muchos siglos las creencias religiosas fueron utilizadas como parte de la educación formal de sociedades como la nuestra, hablando del contexto nacional. De esta forma se fueron arraigando durante siglos atribuciones diabólicas al dinero. Y por otra parte la pobreza como un estado de bienestar.
Por otra parte ya en tiempos modernos sumidos en una sociedad de consumo nos encontramos ante la nueva religión del consumismo (leer bien: dice consumismo no comunismo).
Nuevamente en nuestro contexto cultural y sistema de valores sembrados esta vez por el consumismo nos sentimos con la "necesidad” de satisfacer "deseos” para así ser felices y mejorar nuestra calidad de vida. De eso se encarga la publicidad engañosa que podemos ver en películas, telenovelas, revistas de moda y estilo de vida y más recientemente en redes sociales como Instagram, Facebook y YouTube. ¡Un verdadero Boom!
De ninguna manera pretendemos ser moralinos. De hecho elevar el nivel de vida debe ser una aspiración de cualquier humano en este mundo. Eso nos ha caracterizado como especie.
Hay un pero.
La búsqueda de la felicidad, el bienestar propio y de nuestros seres queridos debe fundamentarse en los valores éticos de Justicia, Libertad, Responsabilidad, Honestidad y Respeto.
Como diría un clásico: ¿Y Usted qué opina?
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