¿Estamos ante un asunto de intoxicación mediática? Sí, así es, y para quienes nacimos mucho antes del boom tecnológico el panorama puede llegar a ser tan terrorífico como desalentador y paralizante. 

A diario me topo con alguien que de tanta información que recibe a través de su celular prefiere encapsularse en una actitud evidente de autoprotección. La abrumadora omnipresencia de las redes sociales hace que uno se sienta dentro de aquel mundo de la película protagonizada en el año 1998 por Jim Carrey, y que se titulaba "The Truman Show”. Si no la han visto, se las recomiendo para que entiendan a qué me refiero. Y no, no está en Netflix, por si se lo preguntaban.

Basándome en la premisa del argumento me pregunto si algún día escaparemos de este Gran Hermano comandado por la Inteligencia Artificial, o si estamos condenados a aceptar el hecho de que al final, todos somos "figuras públicas", cuya intimidad ya no existe y nos comportamos como cobayas de laboratorio.

Dentro de esta loca vorágine, el inconmensurable mundo digital proporciona el campo ideal donde se desarrolla una apremiante necesidad de autopromocionarse. De repente la gente de mi edad (>50) se encuentra lidiando con un monstruo insaciable, lleno de misterios, trucos y mañas, tan inabarcable, egoísta, presuntuoso, cambiante y voluble por cuyas venas transitan, no glóbulos blancos y rojos, sino ceros y unos. ¡¡Horror!!

¿Con qué armas lo enfrentamos? ¿Cómo elijo entre unas y otras, si el mercado está saturado de tutoriales, cursos, webinars, etc.? ¿Qué demonios es todo esto y con qué se come? Para estas alturas del partido, seguro que más de uno consideró internarse en un psiquiátrico.

Efectivamente, estamos tremenda, dolorosa, y frustrantemente intoxicados por el exceso de información y de oferta de más información. ¿Cómo sobrevivimos quienes nos vemos superados en muchos aspectos? Sobre todo, aquellos que todavía estamos en activo en el mundo laboral, porque créanme, si yo tuviera la vida resuelta lo más probable es que estaría paseando con mi perro mientras decido si voy a leer junto a la piscina o en mi sala con aire acondicionado. 

Como por desgracia no es mi caso, me veo obligada a actualizarme todos los días en cuestiones tecnológicas. A veces logro ponerme al día, pero a veces me encuentro intentando decidir qué curso tomar, qué plática será la más conveniente, a qué "influencer, coach, o gurú” debo seguir según el tema del que se trate. Llega un punto en el que me sucede como al gran filósofo griego de nombre Sócrates: "Sólo sé que no sé nada”. Y es verdad, porque mientras más me adentro en el mundo digital, más consciente soy de la ingente tarea que tengo por delante si busco sobrevivir en este valle de lágrimas.

Aquí entre nos, para irla sorteando con algo de dignidad primero defino a consciencia qué es con exactitud lo que necesito saber, me voy a lo específico, acoto, y procuro alejarme de títulos sospechosos o ambiguos que prometan imposibles brincándose la talacha de inicio, o sea, los clásicos vendedores de humo. Créanme, ya pasé por varios y me desplumaron en su momento.

En conclusión: ajusten su brújula y no se desesperen, no es necesario saberlo todo ni aprenderlo en tiempo récord. Tampoco es necesario convertirse en "la voz que el mundo esperaba” para alcanzar el éxito -además el éxito es muy subjetivo y está sobrevalorado-; como dicen los abogados, háganlo sin prisa, pero sin pausa. No se apaniquen ni se presionen, no es verdad que tal o cuál curso u oferta es por tiempo limitado y que no habrá más lugares disponibles, porque nunca se habrá ido el último tren. 

Tranquilos, el sol sale para todos, y ¿saben qué?... Sale TODOS los días.

Aficionada al teatro, a las series de televisión, al cine, a la tecnología, y por supuesto, a las letras. Estudió la Licenciatura en Ingeniería Mecánica Eléctrica Área Industrial en la Universidad Anáhuac del Sur. Amante de la naturaleza, el humor negro, y la buena comida. Se ha desarrollado profesionalmente en distintas áreas, tales como la industria eléctrica, la consultoría financiera, y la logística, especialmente en el comercio naviero y el transporte terrestre. Es colaboradora del Programa Fórmula en los Negocios que se transmite por Radio Fórmula Yucatán 94.5 FM