El Instituto Español de la Resiliencia nos dice que cuando enfrentamos una frustración reaccionamos de dos maneras; las personas más emocionales reciben el golpe directo al corazón y son más vulnerables, los más racionales se distancian del golpe para enfriar las emociones, pero en ambos casos la frustración nos saca de nuestro estado de confort.

Independientemente de nuestra forma de ser, quienes son resistentes no se quejan.

Nos encontraremos con el sufrimiento como un gran maestro de la vida, ya que nos enseña a conocer  nuestras fortalezas y debilidades.

La experiencia ha demostrado, que ante los acontecimientos que nos ocurren no es productivo perder tiempo y energías quejándonos y debemos centrar nuestra atención en las posibles soluciones, en lugar de fijarnos en lo que nos falta.

Si  no logramos hacernos conscientes que está en nuestras manos cambiar el futuro, seremos presos de la queja, sentimientos negativos de nosotros y de miedos del entorno y del futuro.

Las personas optimistas se vuelven proactivas porque piensan que los problemas son pasajeros y pueden controlarlos y solucionarlos, las pesimistas ven las dificultades como irremediables y piensan que no pueden hacer nada para superarlas y solo se quejarán primero con ellos mismos y luego con los demás.

"El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas”

                                                                                                                  William George

Mario Montalvo Ortega es Asesor Patrimonial Independiente. CEO de Grupo Montalvo firma especializada en armonía financiera, familiar y empresarial con más de 60 años de operaciones en el Sureste de México. También es Presidente de Fundación Montalvo que presta ayuda psicológica a niños de escasos recursos, de edad preescolar hasta primaria, que viven en Yucatán.