¿Por qué se genera tanta expectativa alrededor de los Millennials?

¿Por qué se genera tanta expectativa alrededor de los Millennials?

0 2170
 
En México representan el 40% de la fuerza laboral. El 48% busca trabajar en su propia empresa y el 75% de los que ya tienen un empleo están pensando en cambiarse de trabajo.

Una radiografía de esta generación que abarca a las personas nacidas después de 1984 indica que son difíciles de administrar, se creen con derechos, son narcisistas, egoístas, sin foco y perezosos. 

Esta percepción se ubica principalmente en las áreas de gestión del capital humano de las empresas.

Cuando se les pregunta ¿Qué quieren? o ¿Qué esperan? Ellos dicen que quieren trabajar en un lugar con propósito y generar impacto. Que quieren un ambiente agradable, un gran comedor, beneficios médicos, vacaciones pagadas. Tienen todo eso, sin embargo no son felices.
De acuerdo a Simon Sinek, conferencista británico. Hay 4 factores que les impiden a los millennials poder ser felices o al menos encontrar un rumbo hacia ella.

1.- La crianza. Los crecieron con estrategias fallidas de crianza. Por ejemplo, les dijeron que eran especiales, todo el tiempo, les dijeron que tendrían todo lo que quisieran en la vida, solo con decretarlo; algunos obtuvieron premios porque sus padres de los procuraron, les dieron una medalla aun cuando llegaron en último lugar.  En la cultura corporativa obtienen medallas quienes se esfuerzan más que los demás.

Este grupo de personas al conseguir salir de la universidad y obtener un trabajo, se enfrentan a un mundo real muy distinto al que han sembrado en sus mentes. Entonces su autoestima se viene abajo.

Un tema que se relaciona a la crianza es que vivimos en un mundo de Facebook e instagram donde somos muy buenos poniendo filtro a las cosas.  Esto es, podemos mostrarle a la gente, a nuestros amigos que la vida es asombrosa así te encuentres deprimido. Todos suenan rudos, como si lo supieran todo.

Pero todo esto, no es culpa de los millennials, les tocó una mala situación.

2.- La tecnología.  Sabemos hoy que la interacción con redes sociales y nuestros smartphones liberan un químico en el cerebro llamado dopamina que se asocia también al placer por la comida, el dinero y el sexo. Por eso cuando recibes un mensaje se siente bien.

Por eso el comportamiento de los usuarios al entrar 10 veces al Facebook o Whatsapp para ver si pasó algo.  Por eso el trauma de ser eliminados como amigos, por el sentimiento de pérdida.

La dopamina también se relaciona con fumar, beber, apostar. En otras palabras es altamente adictiva. Pero estos comportamientos tienen restricciones de edad.  No así el uso de smartphones y redes sociales.

El impacto de lo anterior es que se crea en edades tempranas una dependencia hacia el uso de tecnología y redes sociales para conectar nuestras relaciones. Al generarse un aprendizaje bajo este esquema los chicos no saben cómo formar relaciones profundas y significativas.

Las relaciones profundas no existirán porque no practicaron habilidades necesarias y peor aún no desarrollaron mecanismos para lidiar con el Stress.  Cuando aparezca algún Stress importante no acudirán a una persona, acudirán a un dispositivo o las redes sociales. Algo que les ofrezca un alivio temporal.

Lo que es cierto es que el uso de redes sociales y dispositivos debe hacerse con un propósito que llene nuestras vidas y tiene qué ver más en cómo estamos usando nuestras redes.

3.- La impaciencia. Los millennials crecieron en un mundo de recompensa instantánea y fácil:

¿Quieres comprar algo? vas a Amazon y te llega al día siguiente.
¿Quieres ver una película? la descargas de YouTube
¿Quieres ver una serie? Netflix, ni siquiera tienes que esperar ya están todas las temporadas.
¿Quieres tener una cita? Tinder es la solución

Para todo o casi todo hay una app. Excepto para satisfacción laboral y fortaleza de las relaciones. 

Estos son procesos lentos, serpenteantes, incómodos y desordenados.

Lo que tiene que aprender esta generación es a tener paciencia. Entender que hay cosas que de verdad importan, como el amor, la educación, el éxito laboral, la alegría, el amor por la vida, la autoestima, cualquiera de ellas, toman tiempo. En algunas avanzas en una parte y luego te estancas, y luego sigues avanzando. El viaje completo es arduo, largo y difícil.
En general podríamos estar ante una generación sin la mística y la alegría del deber cumplido, del trabajo hecho.  Diciendo que todo va bien pero sin el sentimiento de realización.

4.- El ambiente. En este punto también importante, los ambientes corporativos, donde importan más los números que las personas y donde importan más las utilidades que las vidas de largo plazo de un ser humano. Aquí donde quienes hoy están en puestos directivos y no pertenecen a la generación millennial. No están asumiendo la responsabilidad social empresarial que les está tocando ejercer.

Las empresas no están ejerciendo un buen liderazgo. Deben intervenir para desarrollar las habilidades que les hacen falta a los nuevos integrantes de los equipos de trabajo, crear las bases de confianza y fortalecer los lazos afectivos, esos que se robustecen de manera lenta y consistente.

Conclusión.

Ciertamente existen conflictos en cada cambio de generación; lo mismo pudo haber ocurrido con los baby bommers y la generación X, anterior a los Millennials.  Pero los conflictos se superan.

Quizá ahora no existan las mismas condiciones, hablando de la tecnología, los nuevos modelos económicos mundiales y la interconexión.

El buen liderazgo siempre será lo que ayude a cada generación a sobrevivir y a sentar bases para las próximas.

COMENTARIOS

Esta publicación aún no tiene comentarios disponibles.

Escribe un comentario.

PUBLICACIONES SIMILARES