Mediocridad = Zona de Confort

Mediocridad = Zona de Confort

 
Hemos escuchado muchas veces hablar de la zona de confort; y lo que normalmente escuchamos es que se trata de un estado de pausa en la que nos conformamos con el esfuerzo que hacemos y con la ganancia que percibimos. Preferimos no moverle ni cambiarle nada para que se mantenga todo de la misma manera. Preferimos no meternos en terreno desconocido, ya que donde estamos parados, que es conocido; sabemos qué nos puede llegar y lo que va a suceder o mas bien sabemos "lo peor que puede pasar”. 

En cambio en terreno desconocido; como es: emprender un nuevo proceso, una nueva técnica, un nuevo producto, una manera distinta de hacer las cosas, una idea que venga de otro, un comentario aplicable a nuestro negocio, para nosotros es algo que que no sabemos con certeza si pueda funcionar o finalmente perjudicarnos. A fin de cuentas entendemos esta actitud como mediocre o conformista, aunque a otros les guste llamarle "zona de confort”. 

Un motivante que me dio platicarles de este tema, es que el otro día fueron a la casa unos trabajadores a colocar el closet de la cocina, los trabajadores aun estando bajo techo y con abanico trabajando, se tomaron su rigurosa "hora de la comida”, y como ustedes sabrán aquí en Yucatán (quiero pensar que solo aquí) la hora de la comida es igual a la hora de siesta. Sí!, a ellos igual les gusta tomar la siesta!, así estén en tu casa, se buscan un árbol, tu cochera o la calle, pero no perdonan comer y luego acostarse a dormir los 45 min que les sobró de su hora de comida. 

Decepcionantemente, uno que no fue a trabajar por estar en la casa supervisando, y lo único que espera uno, es que estos trabajadores terminen para poder salir corriendo a la oficina o bien ver con que pendientes te quedaste por estar atorado en casa. 

Sin embargo, aquí la reflexión es; si pueden aprovechar esa hora y media que se toman para dormir, ¿Por qué no aprovecharla para terminar el trabajo? ¿No prefieren mejor terminar temprano e irse a casa? O bien, tal vez aprovechar ese tiempo para hacer otro trabajo y ganar mas dinero? Francamente yo conozco a muchos empresarios que lo único que les preocupa es como exprimir mas su tiempo haciendo negociaciones para que el tiempo les rinda, y mientras por el otro lado estos trabajadores andan perdiendo el tiempo en hacer NADA!.
Es esto una actitud de rebeldía? ¿Contra quien? Su jefe? Contra ellos mismos que deciden mejor descansar y salir tarde, que trabajar y terminar mas temprano?

Al analizar esta conducta, una conclusión sí es muy notoria; si a uno le gusta perder el tiempo en horas de oficina, en horas de comida, en horas donde se puede ser productivo; será que también por eso son tan fácilmente manipulados con cualquier premio o regalo? Un contratista que siempre esta buscando oportunidades de trabajo, nunca lo vas a ver durmiendo la siesta entre 2 y 4 de la tarde, es la hora productiva donde puede sacar trabajo y aprovecha la luz del sol. 

Normalmente a las personas que buscan aprovechar su tiempo al máximo siendo productivos, aparte que les va bien, son personas que tienen bien claro el valor que tiene su tiempo y el valor que tienen sus decisiones. Una persona que no valora y saca provecho de su tiempo de trabajo, simplemente es al parecer una persona que no le importa lo que pase a su alrededor, lo que otros tengan que esperar por ellos, lo que les pueda afectar sus propias decisiones, son personas que han llegado a un estancamiento y que no le importa mucho si aprovecha o no este momento productivo, y mucho menos le importa como contribuye a su entorno, empresa, sociedad, familia, etc..
Son personas que por no importarles como repercute su actitud y productividad, son fácilmente manipulables, pues no tienen ese sentido de pertenencia de que las cosas que la rodean son provocadas por sus propias acciones de desinterés y de mediocridad. 

Por eso México es un país vendido y manipulable, la mayoría de los trabajadores que están solo por cumplir su trabajo, dejan que otros decidan y hagan por ellos, pues no tienen ese sentido de que su tiempo vale oro, de que sus decisiones son importantes y que no permiten que cualquiera que llegue les compre sus decisiones.
Con esta reflexión tomemos las riendas de nuestro tiempo y de nuestras decisiones, no permitamos que otro vengan a decidir por nosotros y no permitamos que otros vengan a hacer nuestro trabajo, valoremos cada segundo de nuestro tiempo útil y productivo y con ello lograr ese sentimiento de plenitud y de que nuestra presencia vale cada segundo.

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