Hace algunos años cuando comencé a hablar y transmitir sobre este apasionante tema del Liderazgo, lo hice porque a menudo observaba la importancia de humanizar la gestión sobre el área comercial en quien recae el crecimiento de las empresas. 

En lo que a mi trayectoria concierne he vivido la exigencia, tanto para que mi como para mi equipo para alcanzar los resultados, que, por supuesto incluyeron las extenuantes cargas labores hasta tarde y los fines de semana, sobre todo en cierre de mes para llegar a las metas: monto de facturación, monto de recompra, # de clientes nuevos, % de colocación, % de cobranza, # de contrataciones, # de apertura de unidades de negocio, % de actividad, % de conversión, etc. 

Toda esa presión, todo ese estrés, me pasó factura con una parálisis facial a los 35 años. Ese fue mi momento de despertar no podía seguir dando resultados a costa de mi salud y de presionar a mi equipo como me presionaban a mí. 

Entonces sin perder el foco de los objetivos a mi cargo, decidí implementar mucho de lo que había aprendido en una empresa anterior y que en la actual no era relevante: el valor del coaching y la formación como herramienta de gestión. 

Así mismo, comencé un programa de mentoría para hacerme cargo de mí y de lo que como líder me correspondía. Y comencé a gestionar de una manera integral partiendo de lo siguiente:

Ahora bien, encontrar estas 3 respuestas, no fue tarea fácil ya que el desafío de contar un jefe obsesionado con los resultados, pero sin brindarme coaching y darme las herramientas para gestionar, lo cual agradezco infinitamente ya que me llevó a estudiar un posgrado, tomar un programa de mentoría y a leer muchísimo sobre gestión de personas. Por otra parte, trabajar en mi auto gestión me permitió mejorar la forma en la que logramos resultados; ya no desde la exigencia sin dar, sino desde crear el contexto adecuado.

Lo que hice fue lo siguiente, y aquí quiero que tomes nota porque es lo más importante: me hice consciente de que mi equipo no iba a crecer más allá de lo que yo creciera. 

Del 50% que me correspondía, lo dediqué a mejorar como persona y como líder. Y del 50% que me correspondía con respecto a mi equipo los dividí en 3 pilares:

El resultado de todo este cambio fue: nos posicionamos en pocos meses en los primeros lugares a nivel nacional, logramos los KPI’s, obtuvimos balance entre nuestra vida personal y nuestra profesión, mi equipo se comprometió al 100% y por supuesto logramos altas ganancias por lo que muchos de ellos al igual que yo materializamos nuestros sueños que por supuesto compartimos con nuestros seres queridos.

Cuéntame, colega ¿Qué te parece mi apasionante travesía por este maravilloso mundo comercial?, ¿Qué piensas del balance en la gestión comercial? 

¿Estás dispuesto a salir de tu zona de confort para hacer que las cosas sucedan?

Maricela Parra impulsa el crecimiento de empresas y profesionales a través del desarrollo y fidelización del Talento Comercial con estrategias basadas en Neurociencia. Es Psicóloga, con un MBA en Dirección de Talento y Neurocoach Profesional.  Ha liderado equipos comerciales en Belcorp, Avon Cosmetics México, Grupo Orve, Century 21 y American Express México. Actualmente es colaboradora de la revista Líder Ejecutivo y dirige su propia firma: Astrea- Instituto de Desarrollo Empresarial y Profesional.