El gobierno no debe ser dueño de empresas

El gobierno no debe ser dueño de empresas

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¿Por qué el gobierno no debe ser dueño de empresas?

  • Daño a la economía por creación de monopolios. No creo necesario explicar esto, es ampliamente conocido y documentado. Cuando Alejandro Graham Bell inventó y patentó el teléfono, creó la empresa AT&T, el gobierno de Estados Unidos la llevó a juicio en 1974 y finalmente la dividieron en siete empresas, para que compitieran entre ellas.
  • Sistema de recompensas ahuyenta a las personas con talento. Una y otra vez he escuchado a personas que trabajaron en el gobierno o en empresas paraestatales, que hacen grandes contribuciones y proyectos, y en vez de ser recompensados con mejores sueldos y puestos, esos lugares se les dan a los parientes de los líderes sindicales o a los favoritos de algún gobernador. Simplemente la gente honrada y capaz termina por salirse de esos sistemas tan podridos.
  • Poder indebido en manos de las empresas. "Si no me compra lo que yo vendo, vendrá el SAT y le hará una auditoría”, "si no me compra a mí, no le llegarán los subsidios”. Esta y otras frases peores solamente pueden salir de alguien que trabaja en una empresa pública y que tiene un poder ilegítimo sobre los compradores. En cambio, cuando la empresa es privada, las ventas se hacen por buen precio y buena calidad. El cliente tiene el poder de comprar donde le resulte más beneficioso y esa es la única manera de que un país progrese. Las empresas se deben esforzar por ser cada día mejores y por superar a su competencia.
  • Uso indebido del dinero de la empresa. ¿Desapareció el dinero del fondo de retiro para los empleados? ¿Se usó dinero de la empresa para pagar la campaña de algún candidato? ¿Se tiró una línea eléctrica con un costo multimillonario para llegar hasta el rancho de algún gobernador o presidente? Esto solamente ocurre en las empresas públicas. Las privadas no funcionan así.
  • Mala elección de líderes. El líder de una empresa pública es alguien que logró quedar bien con un sistema de gobierno, que va a traer votos de los empleados o que va a sacar el dinero de la empresa con fines diferentes a los que debería tener la empresa. En cambio el líder de una empresa privada está para elevar la competitividad del negocio, para hacer las inversiones correctas, para contratar gente capaz y que no se robe los activos de la empresa. Si no funciona, se cambia al líder, o la empresa quiebra.
  • Pérdidas. Una empresa pública le puede pedir dinero al gobierno para no quebrar. Una empresa privada no tiene ese privilegio y simplemente se declara en quiebra. Cuando el gobierno rescató a los bancos por ejemplo, hasta hoy se le reclama a los gobernantes de su tiempo haber usado dinero público para salvar a una empresa privada. Pero nadie dice nada cuando el gobierno se ve forzado a destinar millones para mantener a flote a Pemex o al IMSS.
  • Corrupción de los individuos. Las personas que entran a trabajar a empresas públicas aprenden las malas prácticas de esas organizaciones y después cuando son despedidos tratan de llevarlas al ámbito privado. He tenido que despedir gente de mi empresa por esta causa.
  • Destrucción de la competitividad del país. Aunque pareciera que si el gobierno es dueño de algo el país sale beneficiado, la realidad es que el gobierno solamente le saca dinero a esas empresas hasta que las destruye. Es notable el ejemplo de los fertilizantes en México, primero con la empresa Fertimex y después con Agro nitrogenados, que llevan años y años con múltiples acusaciones de corrupción. Sabemos que sin los fertilizantes, necesarios para elevar la producción agrícola, no existiría la mitad de la población mundial.
  • Las empresas públicas son las que más quiebran la ley. Destrucción de ecosistemas, edificios que no cumplen las normas de protección civil, y un largo etcétera. Cuando una empresa de gobierno rompe la ley, muchas personas se unen para tapar el error. Si esto lo hace una empresa privada, la multan, le clausuran la obra o su edificio, le aplican la ley como va o le cobran una mordida.

Entre más importante es un sector, menos debe ser manejado por el gobierno. Lo mismo va para salud, educación, energía, etc.

Lo anterior no significa que un gobierno debe estar ajeno a la economía del país, simplemente significa que en un partido de fútbol el árbitro no debe meter goles, su trabajo es cuidar que los equipos jueguen de manera limpia, que no se causen daño entre ellos, y que gane el mejor, para beneficio de los consumidores.

En México, entran y salen partidos del poder y la corrupción no baja, al contrario, va en aumento. Lo que tenemos actualmente es como una jarra con un agujero y le vamos cambiando el color del agua, pero no tapamos el agujero.

Hay tres cosas que tenemos que hacer urgentemente: desaparecer el dinero en efectivo y que todas las transacciones monetarias sean digitales y auditables por la autoridad, incluso que sea posible detectar actividades criminales por medio de inteligencia artificial, si no hacemos esto, seguiremos teniendo muchos reyes del cash y el país seguirá en el tercer mundo, también seguirá el cobro de piso a empresas y de mordidas por parte de funcionarios públicos. La segunda es prohibir en la constitución que el gobierno se meta a hacer funciones de empresario. Nunca lo han hecho bien y nunca lo harán. Por último, desaparecer los subsidios (a los políticos les encantan los subsidios porque la gente se vuelve loca cuando le regalan cosas, sin importar si el país se está endeudando sin control). Pocas cosas hacen tanto daño y desvían tanto a la economía. Cuando en Israel decidieron eliminar el subsidio al agua y venderla a su verdadero precio, aparecieron desarrollos científicos y tecnológicos como el riego por goteo, as plantas desalinizadoras, reciclaje de agua, etc., al grado de que ahora un país desértico les vende agua a sus vecinos. Si el gobierno de Israel hubiera continuado subsidiando el agua a su población, muy probablemente sería hoy en día un país tercermundista.

Eduardo Gutiérrez Arredondo

Texto de referencia:  Friedrich August Hayek, Premio Nobel de Economía



COMENTARIOS

Anónimo
Estoy de acuerdo con todo... Es un artículo muy importante. Lo único que me parece que se sale de contexto es la eliminación de efectivo... Eliminar lo, elimina privacidad y libertad al individuo.

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