Tal vez, si previo al inicio de la pandemia redactaba un artículo cuestionando las estructuras empresariales, la publicación habría tenido un impacto diferente al impacto que puede tener hoy, vivíamos en un entorno que se percibía moderadamente controlado y es que seamos sinceros, ¿cuántas veces te habías tomado el tiempo de cuestionarte lo que haces y cómo lo haces? 

Desde que me adentré al ecosistema de emprendimiento, creación y desarrollo de empresas era algo muy usual que empresas en etapa temprana trabajaran y enfocaran sus esfuerzos en la validación, entendimiento de mercado y planeación al corto plazo para posteriormente, al igual que las empresas con años de trayectoria y un modelo de negocio validado, dedicaran sus esfuerzos en planear a mediano y largo plazo dadas las condiciones históricas que permitían establecer proyecciones y formas más certeras donde poder actuar. 

Con la famosa reactivación que muchas empresas esperaban, posterior a la campaña general de #QuedateEnCasa, más de una se topó con la sorpresa de que mucho de lo que funcionaba, ahora no. Las proyecciones a mediano y largo plazo parecen castillos construidos sobre papel, los planes 2025, 2030, 2050 cambiaron drásticamente tanto en plazo como en forma, ¿cómo adaptarnos a ésta nueva realidad? 

Si algo he podido notar a lo largo de éstos meses es que la reestructuración es indispensable para la reactivación, y esto siguiendo un principio lógico, si el entorno en el que me desempeño cambió, mi primera tarea es buscar mi rol dentro de él. ¿Por dónde empezar? 

• Propósito empresarial. Varias veces he cuestionado sobre la diferencia entre un negocio y una empresa. Si hablamos de negocio nos enfocamos en una transacción que nos genera un beneficio, si hablamos de empresa deberíamos empezar a hablar de una institución con un propósito que le permita trascender. 

• Recursos. Es cierto, antes de la pandemia teníamos más y mejores recursos o tal vez un panorama más controlado, pero ¿qué puedes hacer para regresar y cambiar el pasado? Pon foco en los recursos que tienes actualmente a nivel personal o empresarial. Si tienes un propósito sabrás hacia dónde enfocarlos. 

• Personas. Ninguna empresa que tenga un propósito mayor podrá alcanzarlo únicamente con el esfuerzo del dueño, se necesitan personas, y es que ésta pandemia vino a acelerar un cambio que ya se veía venir. Te invito a leer mi artículo "Las personas de mi empresa” de Octubre 2019 para aclarar más éste punto. 

• Agilidad. Sin entrar en tanto detalle, solo las empresas que desempeñen de ésta forma los 3 puntos previos resaltarán en la nueva normalidad. 

El entorno cambió, la forma de consumir está cambiando, las prioridades están cambiando, es momento de empezar a ver a qué nos está invitando ésta nueva realidad. Tal vez el mensaje es solo uno: Ser mejor empresario, estar rodeado de mejores personas y construir una empresa con propósito. 

Te invito a que lo pienses y decidas, ¿qué está en tus manos hacer hoy? 

Es licenciado en Mercadotecnia por la Universidad Marista de Mérida, ha tomado diplomados, cursos y talleres en áreas de negocios, actualmente cursa una maestría en Administración e Innovación empresarial. Ha colaborado en empresas de alcance nacional e internacional generando experiencia en planeación estratégica, coordinación e inteligencia de mercados. Actualmente es profesor universitario y gerente de Nexus BP, una asociación yucateca que busca impulsar el crecimiento institucional en las empresas de la región mediante una red de más de 60 empresarios, accionistas y directivos.