Carta de Renuncia. Luis Ángel Valiente Cárdenas

Carta de Renuncia. Luis Ángel Valiente Cárdenas

 
Hace unos días estaba hablando con una amiga que tiene una empresa familiar. 

Me contó que una de sus colaboradoras había renunciado, y que estaba molesta con ella. 

- "Ni se despidió, ¿Puedes creerlo? Solo me dejó su carta de renuncia, ¿Quieres leerla? Es un poco larga”… Me decía mi amiga mientras me extendía un sobre con un par de hojas de papel que decían lo siguiente: 

Carta de renuncia:

Hola Brenda, disculpa que no me haya despedido de ti, pero la verdad es que ya no tengo ganas de discutir. 

Quiero infórmate que, a partir de hoy, doy por concluida nuestra relación laboral, me llevó mucho aprendizaje de tu empresa, para bien y para mal.

De esta empresa aprendí muchas cosas que me permitirán buscar trabajo en otra empresa, y eso está muy bien, y también aprendí mucho acerca de liderazgo y trabajo en equipo, sobre todo aprendí lo que no debo de realizar cuando yo sea jefa. 

Aprendí que, si llego a algún acuerdo con alguno de mis colaboradores, debo de respetarlos y no ser voluble con mis decisiones dependiendo mi estado de ánimo. 

Aprendí que no debo hacer sentir mal a las personas solo porque creo que tengo la razón absoluta, la gente me brindará su tiempo, pero eso no me da ningún derecho de hacer sentir menos a nadie. 

Aprendí que no debo pedirles que se queden hasta muy tarde porque a las 11 de la noche es peligroso regresar a casa, sobre todo si yo vivo cerca y mi equipo vive a dos horas de camino. 

Aprendí a que mi equipo puede desarrollar otras actividades que nutran sus ganas y su energía de seguir trabajando, pues la gente trabaja para vivir y no al revés. 

Aprendí que debo confiar en su experiencia y dejarlos hacer su trabajo, sin imponer mi opinión solo porque pienso que tengo una buena idea. 

Aprendí muy bien como eres tu como líder, para que, si algún día me encuentro a otra persona que se parece a ti, ni siquiera molestarme en aceptar el trabajo. 

Espero de todo corazón encontrar trabajo pronto y que en esta ocasión vean todo el potencial que tengo, para que llegue a ser jefa y pueda aplicar todo lo que tu me enseñaste. 

Se que me dijiste que no podía renunciar porque hay muchos compromisos, pero en mi mundo primero están mis sueños y después los tuyos, tal vez si me hubieras escuchado todas las ocasiones que quise aportar mi opinión a tu proyecto, éste se hubiera convertido también en mi sueño y las dos juntas hubiéramos logrado prosperidad para nuestras familias, pero no fue así. 

Ahora a mi me toca buscar mi lugar y a ti tratar de sacar todo el trabajo que siempre presumías que podías hacer en menos tiempo que yo porque era muy sencillo. 

¡Te deseo toda la suerte del mundo! Al fin de cuentas somos mujeres y tenemos que apoyarnos entre nosotras. 

Hasta pronto. 

Terminé de leer la carta y la volví a doblar con algo de pena en el rostro. 

-"¿Qué opinas? ¿Verdad que está mal? Me cuestionó mi amiga. 

No se me ocurrió que responderle, bajé la mirada y traté de lograr que continuara hablando. 

Pasó el día y en algún momento le pedí que reflexionara acerca de aquella carta de renuncia, decía cosas muy importantes en sus líneas y era triste que no quisiera entender todo lo que decía en ella. 

Ojalá que su colaboradora encuentre ese lugar que busca y ojalá mi amiga aprenda un poquito más de liderazgo, para que pueda elevar el potencial entero de su equipo de trabajo. 


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