¿Hasta dónde toleras un error? Genera un motor de aprendizaje y evolución. Víctor Pérez Pérez

¿Hasta dónde toleras un error? Genera un motor de aprendizaje y evolución. Víctor Pérez Pérez

 
En el mes de enero hablé sobre la importancia de integrar a un externo a la organización para poder hacerla crecer, sin embargo, más allá del valor y conocimiento que una persona externa puede aportar deberíamos ser capaces también de cuestionarnos ¿Qué hago con todo lo que están aprendiendo las personas de la organización? ¿Usan libremente el conocimiento o se sienten temerosos de actuar para no fallar?

Toda organización por si sola es un sistema que constantemente genera información, y lo que la vuelve atractiva es poder consultar esa información, analizarla y debatirla para tomar mejores decisiones pero ¿hasta qué nivel puede soportar un error o una mala decisión? He percibido existen ciertas culturas muy alineadas al perfeccionismo y la baja tolerancia al error ¿qué ventajas tiene? Regularmente el estándar de calidad marcado por la dirección, si es bueno, impacta positivamente en los clientes que reciben "siempre una excelente calidad” pero seamos realistas, ¿no es muy desgastante la perfección para quien la persigue y para quien la trabaja? Ese nivel de perfeccionismo suele llevar a un cierto nivel de parálisis en los colaboradores para no fallar y estrés en la dirección para que los demás no fallen. Por otro lado, existen culturas más alineadas a la innovación donde el margen de error permitido es más amplio y lo más importante no es que fallar esté abiertamente permitido, lo más importante es que el peso de fallar no se lleva, se usa como motor de aprendizaje y evolución. Toda situación repetida constantemente generará un patrón de conducta y el temor a un error no es la excepción, imaginemos el ciclo de la siguiente forma: Una persona comente un error, una vez cometido el error éste se hace notar, una vez que el error se ha notado la persona tiene una reacción y según como esa reacción sea recibida por el entorno le llevará a generar una conducta para enfrentar un próximo error. Los primeros dos pasos quedan claros, Juan ingresa mal una orden de compra y lo nota, ésta ya pasó y al notarlo sabe que debe corregirla porque su jefe irá sobre él, ¿de qué forma reaccionará Juan ante una próxima acción? Evidentemente querrá bajar el margen de error y para eso disminuirá su campo de acción, a menor acción menor posibilidad de error. ¿Queremos personas "perfectas” pero temerosas de actuar o personas reales y capaces de resolver?

Cuando hablo de generar un motor de aprendizaje y evolución no me refiero a un cambio radical en la operación, me refiero a un cambio profundo en el mindset de la percepción de lo que es un error. Rodéate de personas más capaces que tú y déjalos fallar, usa sus fallas para aprender y crece. Permitir el error y usarlo como aprendizaje más allá que como temor, impulsará más fuerte la cultura interna en tu organización. Imaginemos dos tipos de organizaciones: Una donde nadie puede fallar y otra donde al momento de fallar se usa el fallo para aprender ¿En cuál prefieres estar? Te invito a que lo pienses y decidas, ¿qué está en tus manos hacer hoy?

Lic. Victor A. Pérez Pérez

Es licenciado en Mercadotecnia por la Universidad Marista de Mérida, ha tomado diplomados, cursos y talleres en áreas de negocios, actualmente cursa una maestría en Administración e Innovación empresarial. Ha colaborado en empresas de alcance nacional e internacional generando experiencia en planeación estratégica, coordinación e inteligencia de mercados. Actualmente es profesor universitario y gerente de Nexus BP, una asociación yucateca que busca impulsar el crecimiento institucional en las empresas de la región mediante una red de más de 60 empresarios, accionistas y directivos.


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