El trabajo del futuro será para las personas no para las máquinas. Julio Peña Gaviria

El trabajo del futuro será para las personas no para las máquinas. Julio Peña Gaviria

 
En el futuro del trabajo dominarán las habilidades de las personas, no las máquinas

Los sobrevivientes del futuro son los que tengan la capacidad de vivir como protagonistas; no como víctimas, que son resilientes y que tienen tolerancia ante los cambios complejos.

De acuerdo con la Encuesta Future of Jobs 2020, realizada por el World Economic Forum, se estima que para el año 2025, 85 millones de puestos laborales pueden ser desplazados por el cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas. No obstante, según el mismo estudio, pueden surgir 97 millones de nuevos roles que se adapten mejor a esta nueva división del trabajo1. De acuerdo con la consultora McKinsey, entre 400 y 800 millones de personas en todo el mundo podrían ser desplazadas por la automatización hacia el año 20302.   

En México, los puestos de trabajo que se perderán están muy ligados a procesos de mano de obra que, durante los últimos años, han percibido salarios bajos. Esto es visible en las principales ciudades maquiladoras del país, como Ciudad Juárez, Reynosa y Nogales, entre otras. Quizá parezca un escenario contradictorio, pero no lo es, porque en estas zonas se ha privilegiado la existencia de mano de obra y no la de "mente de obra”.

El fenómeno está presente en todo el país: más del 30% del PIB nacional lo producen las industrias enfocadas en la mano de obra. Hablamos del sector automotriz, del manufacturero tradicional, del de alimentos y bebidas, de tecnología, etc. 

¿Todo está perdido? 

Por supuesto que no. 

De acuerdo con el Institute for the Future (IFTF), una organización enfocada en realizar prospectiva en temas de educación y trabajo dentro de las organizaciones, entre 40% y 50% de los 85 millones de empleos que serán desplazados, ya se tiene claridad sobre la forma en que podrían recuperarse. Observaremos cada vez con mayor frecuencia a analistas de datos, desarrolladores de software, hackers éticos, especialistas en ciberseguridad, programadores, desarrolladores de videojuegos, especialistas en metaverso –en el metaverso se van a generar muchísimos puestos de trabajo, por ejemplo, habrá quien decida desarrollar soluciones dentro de un centro comercial virtual. 

Imaginemos la cantidad de personas que se necesitarán para que funcione todo ese ecosistema en el metaverso–. ¿Otros aspectos a considerar? Más del 85% de los trabajos que se requerirán en el 2030 aún no se han creado, según el IFTF. Asimismo, estos trabajos del futuro podrían estar hasta 5 veces mejor remuneados que los relacionados con la mano de obra, lo que también generará mayor riqueza, prosperidad, seguridad y educación, entre muchos otros beneficios. Considerando que Mérida es hoy es uno de los polos de desarrollo de tecnología y software en México, el futuro y las perspectivas para esta región son muy prometedores.

Ya en mi columna anterior daba cuenta de aspectos como el bono demográfico de Yucatán –la mayor proporción de habitantes tiene entre 20 y 34 años y son nativos digitales–, sobre el creciente atractivo para empresas de tecnología que tiene Mérida, y de cómo se ha incrementado el comercio exterior en artefactos que demandan cada vez mayor desarrollo tecnológico: comienza a dominar la "mente de obra”. 

De acuerdo con el estudio realizado por la Instituto Global McKinsey, "Empleos perdidos, ganados: Lo que significará el futuro del trabajo para los empleos, las habilidades y los salarios”, entre 75 y 375 millones de personas en el mundo necesitarán cambiar de ocupación y aprender nuevas habilidades. En México tendrán que hacerlo entre 1 y 7 millones de trabajadores2.   

Ahora, de acuerdo con el mismo estudio, "los trabajadores del futuro dedicarán más tiempo a actividades para las que las máquinas son menos capaces. Esto es la gestión de personas, la aplicación de la experiencia y la comunicación con los demás”. Se requerirán más habilidades sociales, emocionales, fortalezas de carácter, capacidades cognitivas más avanzadas, como el razonamiento lógico, la empatía, el pensamiento crítico, la capacidad de aprender a desaprender, y la creatividad. Vamos a necesitar personas con mentalidad de crecimiento y adaptabilidad, habilidades relacionadas con el desarrollo de personas, resilientes, tolerantes al estrés y flexibles. 

Hace algunos años tuve la oportunidad de leer el libro Mindset: La actitud del éxito, de Carol Dweck, que habla sobre la existencia de la mentalidad fija y la de crecimiento. Esta obra me hizo concluir que las personas que van a sobrevivir en el futuro son las que tengan la capacidad de vivir como protagonistas; no como víctimas, que son resilientes y que tienen tolerancia ante los cambios complejos. Y es que el futuro nos va a presentar muchísima ambigüedad, y debemos saber manejarla. Hoy vivimos en ciertas condiciones, pero quizá mañana tengamos que cambiar el rumbo y, si no somos flexibles, sencillamente no podremos dar resultados. Lo que realmente es abrumador para los seres humanos en general, no es el cambio, sino la resistencia que hacemos a él.

¿Qué nos espera?

Seremos testigos de la reinvención de los procesos de las empresas como los conocemos hoy en día. En mi opinión, las organizaciones comenzarán a contratar más por competencias que por diplomas. Además, la velocidad de cambio será vertiginosa, por lo que se requerirán equipos más comprometidos que nunca para evitar altas rotaciones y potencializar las curvas de aprendizaje. Este escenario demandará un enfoque humanista hacia el colaborador, con perspectiva en su bienestar y propósito–si la empresa no conecta con su propósito de vida, lo más probable es que el capital intelectual migre hacia otro lado–. 

Entonces, ¿Cómo me mantengo actualizado en un mundo que se mueve cada vez más rápido hacia la digitalización? El camino es muy claro. Debemos asegurar las "hard skills”, estar actualizados en temas de desarrollo tecnológico en nuestras disciplinas. 

Por ejemplo, si lo nuestro es la mercadotecnia, hoy sabemos que el marketing digital es de lo más relevante. Pero también tenemos que trabajar en el gran diferencial, los "soft skills” esa mentalidad de crecimiento que nos ayudará a combatir lo que, según la Organización Mundial de la Salud, será la próxima pandemia más importante de la humanidad: la depresión y la ansiedad. En este sentido debemos trabajar en organizaciones y personas positivas (según conceptos de investigados y desarrollados por la psicología positiva). 

Todos tenemos la responsabilidad de aprender temas relevantes con respecto al bienestar, a la paz interior y al manejo del estrés. La vida será un continuo aprendizaje del exterior y de nuestro propio interior.       

Julio Ernesto Peña Gaviria

Es director de la Vicerrectoría de Empresa de Universidad Tecmilenio

Es Politólogo de la Universidad de Columbia, NY, y Economista de la Universidad Javeriana, Bogotá, una MBA en el CESA (Bogotá), un programa de alta dirección en Harvard (Boston) y programa D1 del IPADE, entre otros.

Hace 5 años se unió al equipo de Tecmilenio como Líder Nacional de los procesos de crecimiento y captación, después tomó la dirección general de Tecmilenio Online. Recientemente tomó el liderazgo de la Vicerrectoría de Empresas en Tecmilenio.


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