El primer paso para emprender es reconocer que la educación actual para muchos no ha sido la adecuada, ya que nuestra formación está enfocada en un conocimiento profesional teórico y casi nada práctico.

Las teorías y fórmulas que forman parte de la economía, macro y micro, sistemas financieros, cadenas productivas, etc., hacen que una persona que quiera ser emprendedor inicie desde la aventura ya sea como especialista o todólogo lo cual retrasa su crecimiento empresarial.

Entonces, debemos saber que ser emprendedor requiere de una gran energía emocional, física y mental que permita desarrollar la creatividad e innovación para lograr que su emprendimiento funcione; si bien al principio con él pero con una visión en el mediano y largo plazo, siga funcionando sin él y posteriormente seguir desarrollando otros negocios diversificando en los mercados.

¿Cuáles son los retos principales de todo emprendedor?

• Trabajar para en tener un buen producto o servicio

• Cuidar los costos y puntos de equilibrio que no lo saquen del mercado por competitividad.

• Lograr la utilidad que le garantice un crecimiento sostenido.

Sin embargo, lo más importante siempre será su visión de negocio, qué es lo que quiere lograr e impactar en la comunidad, sin eso no hay rumbo. 

Sin conocimiento se incrementa el riesgo

Los costos que se llegan a pagar por aprendizaje de prueba y error, suelen ser muy grandes y muy estresantes, ya que muchos llegan incluso arriesgar sus patrimonios a fin de lograr proyectos interesantes, que, sin conocimiento, se vuelven de alto riesgo.

Crisis tiempo de cambio y oportunidad

Las crisis como lo que nos ha sucedido en la pandemia de COVID no ha sido la única y de hecho han sido recurrentes por mucho tiempo, con crisis financieras, inmobiliarias entre otras.

La pandemia nos vino a demostrar desafortunadamente, que no sólo debemos de cuidar el aspecto financiero, sino que la salud toma una posición sumamente importante en el desarrollo de nuestras actividades productivas, descuidada por un estilo de vida sedentario, de alto nivel de estrés laboral y de competitividad.

En estos momentos de crisis es cuando la mayoría de la gente toma conciencia y se da la oportunidad de ver su realidad, dónde está parada, cuál es su situación respecto a la salud, a la parte financiera, sus relaciones sociales, amistades y precisamente en esta pandemia, sin temor a equivocarme, creo que muchos reforzaron sus relaciones espirituales y su sistema de creencias o fe.

El costo pagado en cada crisis despierta la parte creativa de las personas, de alguna manera el instinto de supervivencia hace movernos y salirnos de la zona de confort.

Ahora mismo es muy común conocer empresarios que después de más de 5, 10 o 15 años están reiniciando desde cero y que también afectó a su personal, al igual que muchos profesionistas en el mundo corporativo están siendo despedidos por reemplazo de tecnología o reducción de costos.

Lo más difícil para una persona es desaprender y aprender, sin embargo, es muy necesario entender que, para poder entrar a una nueva etapa de calidad de vida y competitividad, no sólo debes de desarrollar conocimiento, sino debes de actuar, fracasar y aprender nuevas habilidades que en realidad se vuelven tu mayor fortaleza.

La primera meta es desarrollarnos a nosotros mismos.

Todo lo anterior nos con lleva a que emprender en este momento ya no debe de ser un sueño, debe de ser una obligación. Por ende, la empresa que primero se debe desarrollar es "uno mismo”. Cada uno de nosotros debe de tener un equilibro completo de vida.

En resumen, ser emprendedor conlleva a un crecimiento integral del manejo de un negocio con miras a crecerlo en un proceso de aprendizaje día a día y buscar siempre la mayor producción, con una productividad, utilidad, rentabilidad, equipo de colaboradores y liderazgo que permita poner los cimientos firmes para alcanzar la visión del negocio.

¿Estás dispuesto a alcanzar tus sueños?