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Un día como hoy hace medio siglo nació el primer David Jesús Azcorra Cámara en Ticul, Yucatán. El David nativo de un lugar tan grande como la mancha que hace la punta de una delgada pluma en el mapa.

Solía convivir y competir con sus 4 hermanos.  Era el que comía "medio sándwich apache” del restaurant "El colorín” cada que le iba bien en la jornada a su papá.

El mismo que alguna vez introdujo como "fayuca” una caja de quesito "tip tip” junto con su grupo de acólitos cuando fueron a un lugar llamado Dziuché.  Ese que plagió una canción de la radio y la hizo pasar por un poema del 10 de Mayo; el pavito, ese niño que esperaba a su padre regresar de Mérida para ver si le traía un exquisito triple zuncho o un montón de bolsas de la que tienen bolitas para reventar.

Una vez que su niñez terminó, mirando atrás años en el futuro, todos los recuerdos parecen desaparecer con el tiempo, entre años, meses, semanas y días.

Ese niño se convirtió en un joven que se mudó la ciudad de luces brillantes y de anuncios de Coca Cola y nuevos personajes, música, ropa y experiencias.

En ese momento nació el segundo David.

Ahora en esta misma capital inalcanzable, de la que fue parte de una rebelión de estudiantes, historia que pocos saben. Acostado en la calle, en la que sólo se podían escuchar a los grillos cantar, justo en frente del gran Palacio de Gobierno.

Se sabe en Ticul por algunas mujeres ya ancianas, que el nombre de ese pequeño hombre se escuchó como egresado del Tecnológico de la capital inalcanzable de Yucatán.

Había dejado temporalmente a su familia, con una cerveza en mano y listo para cualquier huracán inesperado.

Se sabe que ese hombre también se enamoró de una gran mujer que se convertiría en mi mamá.

En ese momento David se reinventó de nuevo, encontraba con los recuerdos de un padre, otra vez con lo incierto, había brincado al vacío, y ahí halló otra niñez, la  de alguien más; por fin dejó de ser el protagonista.  Aunque a veces la hacía de "el salvador”, a veces "el malo” y algunas otras de "el cómplice”.

Se volvió alguien quien junto con otros aspectos de su vida le daba a ese pequeño humano felicidad. Él fue quien, esta vez compraba "Paletones”, y los llevaba tras bambalinas de programas de radio y entrevistas. 

Quien le consiguió a su pequeño humano un "spleeping bag” para dormir justo al lado de su escritorio Godín.

Por cuarta vez y esta vez al ver que la tierra en la que caminaba no parecía ser firme o fértil, decidió dar otro salto mortal y se volvió emprendedor.

Pasó lo que tuvo que pasar, fue difícil, pero, a pesar de todo, sobrevivió. No fue algo nuevo y mágicamente fácil, como las primeras vidas. Cambió a algo mejor más no perfecto.

Nos encontramos en el presente, ahora, hoy 18 de octubre del 2021, en un hogar construido en tierra fértil y tal vez firme.

Estás bien y estarás mejor. Lo único que podría ayudarte para el futuro es recordar las batallas del pasado.

De todos los cumpleaños que hayas tenido espero simplemente que este sea el más memorable.


Tu hija, Ana.

Ana Laura Azcorra Rivero es estudiante del Colegio Iberoamericano de Mérida y de la Escuela de Ballet Eduanu, tiene pasatiempos entretenidos como hacer manualidades, resolver sopa de letras, es una gran lectora y disfruta de series y películas de plataformas digitales. Es seguidora de creadores de contenido como Holly Tuggy, Toxo Moroxo y canales de entretenimiento en YouTube. Es colaboradora de la Sección de Entretenimiento del Portal Líder Ejecutivo.

COMENTARIOS

Anónimo
Hermosa celebración de cumpleaños. Que tu hija se exprese como lo hace, es el mejor regalo. Felices 50
Anónimo
Muchas gracias!!!!!

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